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EL SOL SPANISH PAN-AMERICAN SEMI-WEEKLY NEWSPAPER SPANISH PAN-AMERICAN SEMI-WEEKLY NEWSPAPER Published every Tuesday and Friday by J. C, Franco Entered as second class matter March 20, 1940 at the Post Office Phoenix, Arizona under the Act of Maréh 3, 1879 No nos hacemos responsables de las ideas emitidas por nuestros colaboradores, Para precio de anuncio diríjanse a las oficinas si- tuadas en 62 . S. 3rd. St. Teléfono 3-4948. Toda subscripción debe pagarse adelantada, y cuando el subscrip tor desee que se cambie el envio del periódico a otra dirección, de- berá notificarlo y acompañar la suma de died centavos. Aa SUBSCRIPTION RATES Per Year $3.50 Six Months $2.00 Three Months $1.25 All out-of-town subscriptions must be paid in advance for at least a period of six months, - All payments must be made to the Editor postal Address P. O, Box 2161 Phoenix, Arizona LOS TRATADOS DE CASABLANCA ¿Para qué se han reunido en Casablanca los señores Roosevelt y Churchill? Este es, a nuestro juicio, el punto más interesante del asunto. Es natural, es lógico, que el señor Churchill vaya a Es- | tados Unidos cuando haya necesidad de un cambio personal | de impresiones entre los dos hombres de estado. ! Y es natural, perque es la vía más corta y más segura y porque el señor Roosevelt, a más de Jefe de un Gobierno es Presidente de la República, esto es, tiene la categoría de Jefe de Estado, mientras que el señor Churchill es tan sólo Primer Ministro. Además; y esto hay que tenerlo muy en cuenta, ir de Londres a Wáshington equivale a salir de la zona de gue- rra para entrar en una zona pacífica, ir de Wáshington a Londres, es todo lo contrario: es abandonar la zona de se- guridad para meterse en la zona de guerra. Sin embargo, ahora el señor Roosevelt ha empren- | dido un larguísimo viaje, por lo tanto, muy peligroso, y el ¡ señor Churchill, a su véz, ha realizado otro, de Londtes al Marruecos francés, más peligroso, bastante más peligro- ' so, en tiempo de guerra, que el viaje de Inglaterra a Esta- dos Unidos. ¿Para qué? .. ¿De qué podían hablar en Casablanca | que no pudiese ser tratado en Wáshington o en Londres? Se dirá, acaso, que el vieje del señor Roosevelt al Afri- | ca sirvió para que de pasada, pudiese visitar a las tropas ' norteamericanas .. Esta no es razón, pues también hay tropas norteameri- canas en Irlanda y en Inglaterra, y visitándolas, de pasada, ' devolvía al señor Churchill las visitas que ha hecho a Esta- dos Unidos, y al Rey Jorge la que le hizo antes de ls gue- rra . Mírese como se mire esta reunión de Casablanca, no se le encuentra más que una explicación. Una explicación al hecho de que se haya celebrado en Casablanca; no a la reunión en sí, que, de no ser por la ex- plicación que va a seguido, hubiera tenido lugar en L.on- res o en Wáshington. El hecho de que se hayan reunido en Casablanca tan- tos personajes, ha de atribuirse al deseo ferventísimo, ínti- mo, cordial, tanto del señor Roosevelt como del señor Chur- | chill, de que entre los franceses se estableciese una unión definitiva, arrinconando tiquismiquis en aras del triunfo rápido de la causa de las Democracias. Llevaba ya mucho tiempo de hablarse de una entrevis- ta entre los generales De Gaulle y Giraud, sin que tal entre vista se llevase a efecto. Llevábase, asi mismo, mucho tiempo asegurándose que entre Londres y Wáshington habían surgido hondas dife- “rencias precisamente con motivo de las discordias de los militares franceses. Había que acabar con todo esto... Y se adoptó la más radical de las medidas: los gene- rales DeGaulle y Giraud se reunieron en tierra francesa jun to con los señores Roosevelt y Churchill, para que todo el mundo se convenciese de que no había diferencias entre in- gleses y norteamericanos, por'lo que se refiere al pleito in- terno francés. Y posiblemente se quería, también, que los más conven cidos fuesen los propios generales en discordia, para que no esperasen, ni uno ni otro, que sus discrepancias pudiesen jamás repercutir en el seno de las Potencias de habla ingle- sa. Acudiendo personalmente a esta cita en un lugar que; exigía viajes no poco peligrosos, los señores Roosevelt y Churchill rendían a Francia un homenaje de estimación y daban a los generales desacordes una muestra del ferven- tísimo deseo que existía, tanto en Londres como en Wásh- ington, de que los franceses llegasen a un feliz entendimien to. ¿Se habrá logrado esta unión? Esperamos que sí. De todos modos, en Casablanca han sido tratados todos los demás asuntos de enorme interés que pudieron haber sido abordados en Inglaterra o en Estados Unidos. ESQUELAS DE MATRIMONIO Y DE DEFUNCIÓN de primera calidad, solamente las encuentra en los talleres de EL SOL 62 al S. de la Calle Tercera BISEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE * E Jueves 4 de febrero de 1943 EL AMOR EN EL MATRIMONIO ¡Sublime misterio el del amor! Es algo invisible, in- material, y, sin embargo, de existencia tan positiva como la del acero. Tiene la aérea, ¡ingrávida consistencia del hu mo, y, no obstante, es más poderoso que la misma muer ¡te. Brotado de lá hoguera ! de una pasión, puede conver- | tirse en ese sentimiento ab- negado, en esa indisoluble co i munión de alnfas y vidas, ¡que se discierne apenas se | pone el pie en un hogar, Cul 'tivado con inteligente esme- ¡ ro, continuará creciendo has- ta alcanzar la plenitud de su espiritual” hermosura, a des- pecho de los años y del inevi- table apaciguamiento de los sentidos. “Doble es la fuente del a- mor: orgánica y espiritual. Ciertas glándulas secretan en el torrente circulatorio sus- tancias—hormones—que tie- nen la función de intensifi- car las actividades intelectua les y afectivas. Con ellas co- rre por todo el organismo la chispa del deseo sexual. Ellas inspiran el amor desintere- sado y el ansia de consagrar la vida entera a otro ser: ellas bañan en riente luz de| primavera el cielo de los ena- morados. En otras palabras: forman la base fisiológica de las funciones más elevadas del espíritu. Tengamos o no conciencia de ello, el instinto ¡genésico es el origen del a- mor. El hombre es uno y múl tiple a la vez. Crea, ama y ora con todos sus órganos. Hoy, como en el pasado más remoto, la juventud se mece en la dulce y peligrosa ilusión de que posee, por don gratuito de “la naturaleza y atributo inseparable de la edad, el arte de amar y ha- cerse amar. Esa confianza en | gañosa es el'escollo en que, tropieza muchas veces la frá- ; gil nave del matrimonio. La| perfecta unión conyugal no es tan fácil de lograr como: se presume. La ciencia del! matrimonio no ha pásado,' por desgracia, de unos vagos! rudimentos, a pesar de que; de su desarrollo y difusión dependen, a la par, la feli-! cidad del individuo y la gran! deza de la civilización. | El fin inmediato del ma-' trimonio es la satisfacción del instinto sexual y la fecun , dación. Este impulso obede- ; ce a una inflexible ley de la! naturaleza. Es algo más que una llama romántica: es la! fuente biológica de las aspi- | raciones y las empresas. Pa-| ra mantenerlo siempre des-' pierto y henchido e capaci- dad vivificante, es preciso asignar a la inteigencia y a la imaginación una finalidad creadora. La vida sexual que de ello resulta, compartida abundantemente, es la piedra angular de la armonía y la felicidad conyugale. El amor en el matrimonio es un proceso de creación, que no se cumple ni remata dichosamente por Casuali- dad, o por el solo uego del instinto. Quienes no alcan-! zan la plena identificación de | almas y cuerpos en la intimi ; dad, o por el solo juego del ta de inteligencia y de carác ter, La consumación del mis; terio fundamental del ma- trimonio está revestida de profunda belleza y hasta de religiosa solemnidad. No de- be olvidarse que la propia Iglesia bendice la unión car- nal de hombre y mujer por medio de un sacramento. Ciertas madres perjudican pirándoles menosprecio de la función esencial del matri monio. Hay que poner en ejercicio todos los recursos de la ciencia y de la técnica para hacer de las relaciones conyugales una fuente peren ne de mutuo goce. El problema del matrimo nio consiste en transformar el pasajero ayuntamiento sex- ual en una unión perdurable. Hombre y mujer se atraen por sus características opues tas. Cuanto más masculino es el varón y más femenina la mujer, más apasionada- mente tienden a unirse. Pero lo sexual satura no solo el cuerpo, sino también el al- ma. Entre hombre y mujer hay diferencias profundas. Aun en su misma entrañable unión, los separa un abis- mo. De ahí que las desemjan-| zas fisiológicas y espirituales | | que constituyen la esencia ¡ misma de la varonía y la fe-! ¡ minidad, hagan difícil la ' unión perdurable de ambos sexos. El hombre es activo, duro, lógico. La mujer, pa- siva, sentimental, intuitiva. Su sistema nervioso, su tem- peramento, la preparan par? | la maternidad. El matrimo- | nio es la asociación de dos + | dividualidades diferentes, pe ¡ ro que se comnletan. caraeterísticas diversas “iu los dos socios son las que do- terminan tanto el éxito com”; las dificultades inherentes a la associación. : Marido y mujer no sólo es- tán separados por diferen- | sino que éstas varían de se- mana en semana, según cier | to ritmo sexual, que es in-| comparablemente más percer | tible en la mujer que en e' hombre. Notorias son las | fluctuaciones que en ya ac-| tividad, el ánimo, el humor y| la líbido de la mu'er procdu-' ¡ce cierta función perió”ca de su organismo. En el hom- bre se manifiestan cari ios en el humor y la ac“iy"9* conocimiento de la-existen- cia y la caus: de esas oscila- ciones para s>”rellevarse mu tuamente esas desirmmallades de carácter ev!! de una tragedia conyugal. En la ventura matrimonial - tanta parte toma la continen cia como la capacidad genési ca. Para decirlo de otra ma-, nera: se' requiere fuerza de voluntad para llevar una vi-' da sexual ordenada. En cier tas ocasiones, entre las cua- les deben contarse las enfer- medades y el embarazo, es de rigor la continencia. La abstención, en la vida matri monial, exige temple equili- | brado y fortaleza moral. En | muchos, acaso, hasta verda- dero heroísmo. El estado ideal, arítes del matrimonio, es el castidad. Para perservar en él, es ne- cesaria una educación moral temprana. No existe forma más alta de autodiciplina. La continencia voluntaria en la juventud realza y avalora la vida más que ningún otro esfuerzo moral o físico. El trato con prostitutas es no- civo. El placer mercenario es una degradante parodia de la verdadera unión por amor. Carece del elemento esencial que en ésta concurre, real- zándola y ennobleciéndola: el de ser mutua, profundamen- te compartida. Le falta, ade más, el aura de la belleza y la poesía. Pero aun el mismo amor verdadero es impotente para librar al marido y a la mu- jer de ciertos peligros que acompañan a las ralaciones sexuales. Los excesos preco- gravemente a sus hijas ins- ces impiden el pleno desarro-' llo del cuerpo y el espíritr. | Los excesos tardívs apresu- | ran la vejez y la decrepitud. Ningún esposo que se sien-;¡ ta al cabo de sus fuerzas, do minado por graves preocupa : ciones, debe dejarse arras- | trar a la satisfacción de un! deseo artificialmente excita- | do. Y, viceversa, debe refre-!' nar muchas veces sus impor ¡ tunos ímpetus por conside: ración delicada y caballero sa hacia su compañera. El amor es incompatible ¡ con la ignorancia y el egoís- mo. Lo es, igualmente, con la enfermedad. Como quiera que no todos los jóvenes han | guardado perfecta castidad ' antes del matrimonio, debie-. ran cerciorarse, antes de con; traerlo de que no padecen! enfermedad alguna transmi- sible. No existe regla uniforme | normativa de las relaciones! sexuales. Su frecuencia pue- | . de variar mucho. No es posi- ble legislar en un campo. en ¡la ca. Al revés de los animales que sólo ejercen la función | reproductiva en la época del celo, los individuos de nues- tra especie pueden realizar- la en cualquier época. De ahí la necesidad de que la in- teligencia y el dominio de | sí mismo sutituyan al mero ¡ instinto en la dirección de la vida sexual. Es tan diversa constitución individual, que se hace imposible estable ¡ cer reglas fijas en esta ma- ceria. Cada pareja debe ovrar en ese punto de acuerdo con sus propias peculiaridades fi sicas y espirituales; ya que el fracaso de la vida conyu- gal proviene a menudo de la ignorancia de esos detalles. Muy rara vez forman los sposos una pareja perfecta y Gesde el punto de vista sex- ne que ser seducida y con- | reino animal: la hembra tie | quistada por el macho. En el matrimonio, la co- municación sexual tiende a convertirse en un acto monó ¡ tono. Es menester, por el con ¡ trario, esforzarse en conser- ¡ varle íntegra su profunda significión. Todos los senti- dos, principalmente el de la belleza, debieran tomar par- te en ella. En la capacidad de exaltar su simbolismo, ha- ciendo intervenir al entendi- miento y al espíritn, está pre cisamente, lo qre distingue al hombre de los animales. El cariño debe realzar y un- gir las manifestaciones emo- tivas. Tiene el hombre a sus dis- posición abundancia de esí- ; mulos sensoriales y psíqui- tal. Lo corriente es que la, cos. El arte de cortejar, de concupiscencia sea más in- tensa en el marido que en la mujer. Existe el peligro de que la ignorancia o la bruta- lidad del esposo provoquen enamorar, le brinda infini- dad de recursos y artificios. Ni el marido ni la mujer de- ben mecanizar una de las manifestaciones más altas y | el que se dan todos los gra-| la frigidez de su compañera. | bellas del amor, privándola dos de la capacidad genési-¡ Sucede lo propio que en el| Pasa a la Página 5 cias orgánicas y espirituales |. los estudios de samente a RIA. ae MEXICANISIMAS ARTISTAS DEL CUADRO AZTECA El Cuadro Azteca es un magnífi- co conjunto artístico de primera ca- lidad que regresa ahora de un viaje triunfal que acaba de hacer por todo el Estado de California, va rumbo a la Capital de la República Mexicana con objeto de cubrir un contrato de representación en cine de dicha Capital, a su paso se ha hecho un alto en la marcha con objéto de que los artistas visiten a familiares y amigos conque cuentan en Phoenix y al mismo tiempo han preparado contadas funciones tea- trales entre las que se cuenta la que dan el próximo lunes 8 en el audito- rió del Inmaculado Corazón de Ma- ría, con el patrocinio de la parroquia mexicana aludida. La función teatral del próximo lunes 8, será todo un gran acontecimiento teatral de pri- mera magnitud, los artistas del Cua- dro AZTECA se proponen demostrar su valía, los precios serán populares y los atractivos del programa son to- dos deslumbradores. Este conjunto de bellezas del Cuadro Azteca saluda muy cariño- la Colonia Mexicana de Phoenix y le invitan a la función del LUNES 8 EN EL AUDITORIUM DEL INMACULADO CORAZON DE MA- EL CUADRO AZTECA Dará tres grandiosas funciones en el TEATRO PLAZA de Glendale, Ari- zona, el viernes 5 sábado 6 y domin- go 7. También dará dos rionumentales funciones en MESA, ARIZONA, el miércoles 10 y el jueves 11. CIRIACO,. humor. En estas funciones no faltará DON ¡El cómico PIOCHA, el azote del mal En ambos lugares trabajará todo el númeroso conjunto de artistas de primera fila . — ARTE, JUVENTUD y BELLEZA, todo ofrece en sus funcio- nes el Cuadro Azteca. o <á_ IS o é