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Viernes 25 de Marzo de 1960 “EL SOL”, SEMANARIO .POPULAR INDEPENDIENTE ¿Adelgazar o Engordar? Es difícil juzgarse objetiva- mente; po reso somos siem- pre influídas en esa aprecia- ción por nuestro propio ca- rácter, tan pronto demasiado exigente como demasiado in- dulgente y debemos dirigirnos a las tablas que indican las medidas y pesos apropiados a una talla y a una edad deter- minada. Pero si es verdad que las cifras son elocuentes, resultan a veces demasiado rígidas. Como las estadísticas, las ta- blas sólo pueden dar un tér- mino medio y es lógico y evi- dente que cada mujer ofrezca un caso particular. Ciertas personas parecen demasiado gruesas en su peso ideal; otras demasiado delgadas. El esque- leto, la musculatura con res- pecto al tejido adiposo, deben tenerse en cuenta en esa a- preciación. Si la obesidad es de mal pronóstico, el adelga- zamiento es también síntoma de consunción patológica que debe preocupar; por el con- trario, la delgadez constitu- cional que presenta casi siem- pre un carácter familiar y ra- cial, es compatible con una salud excelente. El peso que cada individuo debe tener con relación a su altura y a su edad puede, va- riar de uno a tres kilos; y aún más, ciertas personas deben, por razones que a continua- ción hemos de exponer, au- mentar o disminuir de peso. Ante todo, ¿por qué no se | debe adelgazar? Por estética: no se trata de ser flaca, pues serlo es tan feo como ser gruesa. La na- turaleza ha dotado a la mujer de un tejido adiposo más o menos abundante para suavi- zar su silueta y conservar el encanto de su línea. Por tan- to, es preciso ser delgada, pe- ro no flaca. Por higiene: adelgazar de- masiado acentúa las arrugas. La flacura trae consigo el mal humor y el carácter desagra- dable. A veces es preciso en- gordar para sentirse más ale- gre, más optimista. Esta re- comendación es particular- mente útil a las adolescentes que deben aumentar su resis- tencia a una edad en que el (Pasa a la página 4) (Continúa de la semana pasada) XXHnI Bandidos contra bandidos. — Lo que oyeron después Joa- quín y Valenzuela.—De qué manera se libraron de dos e- nemigos.— Dos buenos poli- cías. — Joaquín despierta a Jack Tres-Dedos.—Partida.— Arresto de un falso Joaquín. Asesinato cerca de San José. Rafael Quintana en Santiago. Mientras que Jack arregla- ba con tanta energía la cues- tión del reparto, otra escena no menos curiosa tenía lugar en el extremo opuesto de la mesa donde estaban sentados los bandidos. Uno de los individuos que había en aquel lado se levan- tó, en el momento en que Jack acababa de hacer sus cuentas de una manera tan formida- ble, y dirigiéndose hacia la hoguera, miró a Tres-Dedos de una manera tan estúpida y hasta con admiración; luego se volvió hacia su mesa y di- jo algo al oído de sus com- pañeros algunas palabras. Sin duda que estas palabras eran de alguna importancia, pues tuvieron el privilegio de hacer salir de la cabaña a seis ¡NATENCION!! JOVENES, SEÑORITAS: ¿ESTAN USTEDES PROXIMOS A CONTRAER MATRIMONIO? Ordenen En donde sus Participaciones Matrimoniales en: “EL SOL” 62 al Sur de la Cálle Tercera (Entre Washington y Jefferson) Phoenix, Arizona además encuentran ustedes, una gran variedad de: e Azahares e Coronas e Velos e Rosarios Libros de Oir Misa. PO y Disfrute del Programa de Radio en Español Vida y Hazanas de Joaquin Murrieta de los ocho individuos que a- compañaban ál del informe. Murrieta y su subteniente obscuridad, y vieron que se dirigían a una cabaña situada a cincuenta pies de la suya. Creyendo que Jack Tres- Dedos debía haber sido la cau- sa de la brusa partida de a- quellos individuos, nuestro s mexicanos los: dejaron entrar en la casa, luego se aproxi- maron sin hacer ruido, a la cabaña, y escucharon lo que adentro se hablaba. Joaquín y Valenzuela ha- bían sacado sus revólveres, a fin de estar preparados para defenderse, en caso de ataque. —¿Lo habéis visto? ¿Lo ha- béis mirado: bien?, dijo uno de los hombres que se halla- ban en el interior de la caba- ña. y —Perfectamente, dijo otro, lo conoceré tada mi vida. ¿Pe- ro estáis seguro de que es el mismo individuo? —No lo sé; lo que puedo afirmaros es»que le conozco. Lo he visto en las montañas y puedo. aseguraros que es Jack Tres-Dedos, uno de los principales de la banda de Joaquín. —También apostaría que el mismo Joaquín está en San Francisco, pues quien ve al uno ve al otro: siempre se les encuentra en los mismos lu- gares y muy pocas veces se separan. En tal caso, los tres individuos que estaban senta- dos con Jack, deben pertene- cer a la cuadrilla. —Entonces, muchachos, di- jo un tercer interlocutor cuyo acento manifestaba que era hijo de Irlanda, todo se expli- ca: he aquí por qué ha des- aparecido la noche Pasada la caza que habíamos ojeado. ¿Qué queréis .decir, . Du- mps? Explicaos. —Bien lo sabéis vos... el ni- do de mineros que habíamos encontrado, uno de los cuales tenía los bolsillos repletos de oro. He aquí todo el misterio. —En efecto, así debe ser; y como tocaron retirada, no creo que hayan hecho un buen negocio, pues he visto a nues- tros hombres jugar y perder sus pesos a centenares en las mesas de monte de la Arcada. —M¡exicanos del infierno! Como si necesitasen salir de las montañas para impedir que los blancos se ganen po- bremente la vida.... —Es lo que yo digo, mur- muró otro. ¡Que el diablo se los lleve! ¿Qué vienen a hacer aquí? Ya hace cinco días y 44 DE LAS 5:00 A LAS 6:45 DE LA MAÑANA. DE LUNES a SABADO. “Alegre Amanecer Humberto R. Preciado CON ESTUDIOS PRINCIPALES: SAFARI HOTEL, en SCOTTSDALE, ARIZONA TELEFONO: — 5,000 WATTS WH 5-1440 DE POTENCIA. — a les siguieron en medio de la! cinco noches que estamos ron- dando y apenas hemos encon- trado un poco de moneda me- nuda. —En efecto, añadió Dumps. —Voy a deciros lo que pien- so, dijo aquel a quien Dumps acaba de interrumpir. Es pre- ciso desembarazarnos de e- los completamente. Los man- daremos al diablo, y cuando el negocio esté concluido, enton- ces seremos los amos. —+¿Creéis que una sorpre- sa....? ——_Coh! No, Grippy, nada de eso. ¿Estáis loco? ¡Una sorpresa! ¿Quiero saber qué haríais con vuestro puñal so- lamente? Además, bien sabéis que jamás habéis salido feliz en una pelea con ellos: saben manejar el arma blanca algo mejor que nosotros. He aquí lo que propongo: pondremos la policía sobre sus huellas, y si no se van, nos dividiremos por distintos lados y daremos caza a Joaquín. Ya sabéis que se ha ofrecido una buena re- compensa al que lo prenda, y cuando lo tengamos... —;Oh! cuando lo tengamos, cuando lo tengamos....pero to- davía no lo tenemos. —No se hable más, Dodge. Estáis en extremo borracho y no sabéis lo que habláis. Co- mo iba diciendo, cuando ten- gamos a Joaquín.... ——Puede que lo tenga una vez en mi poder y llegado este caso, yo sé manejar bien un puñal: ¡oh, sí! —Y yo, Dodge, sabré ma- nejaros muy pronto si no es- táis tranquilo. Decís.... ¡Ah! yo muero! Dodge acababa de sepultar su puñal en el corazón de su compañero. En seguida todos los indi- viduos se lanzaron hacia el asesino. Joaquín y Valenzuela no tenían ningún interés en ver el fin de esta querella; así pues, abandonaron el lugar en que estaban apostados y se encaminaron hacia su caba- ña. A algunos pasos abajo del hotel Frémont, encontraron dos convictos escapados de Botany Bay, que acababan de salir de la taberna para unir- se a sus camaradas. Los dos parecían estar muy borrachos. —-¿ Quién es este pájaro que revolotea por acá?, dijo uno de los ebrios poniéndose casi enfrente de las narices de Jo- aquín. —_Lo ignoro, dijo éste. —¡Mentís! Lo sabéis bien pues... Antes que hubiera acabado la frase, el borracho estaba tendido en el suelo, medio muerto y en la agonía. El pu- ñal de Murrieta le había atra- vesado el corazón. Su compa- fiero corrió hacia la cima de la colina, seguido de una bala de revólver que le había en- viado Valenzuela, pero no le hizo mella: en seguida des- apareció. Los dos mexicanos conti- nuaron tranquilamente su ca- mino como si nada de extra- ordinario hubiese ocurrido, cuando se repente se encon- traron enfrente de un polizon- te que les preguntó qué signi- ficaba el tiro que acababa de oírse. Joaquín trató de ocul- tar su rostro con las alas de su sombrero y negligentemen- te empuñó su revólver, Lue- go, viendo que avanzaba rá- pidamente hacia ellos otro in- dividuo, que supuso sería un nuevo polizonte, respondió con un tono cortés: —Ese tiro, señor, es el re- sultado de un accidente. Mi a- migo iba a colocar su revól- ver en la bolsa, cuando el ga- tillo se agarró con su cintu- rón. —¿Qué es lo que os hacía correr tanto?, preguntó el se- gundo polizonte al primero cuando estuvo cerca del gru- po. | —¡Oh! nada, dijo el otro, es | que oí un pistoletazo y crí que asesinaban a alguno. Después, volviéndose hacia Joaquín añadió: —Decías que vuestro amigo estaba poniendo su revólver en la bolsa cuando se le esca- pó el tiro. ¿Y por qué lo lle- vaba en la mano? —Porque a tales horas de la noche, señor, hay peligro en andar por las calles. ¡Se encuentran tantos pícaros! Mi amigo quería estar preparado para un caso dado. —¿Por qué entonces no con- tinuó llevando su revólver en la mano? —En razón de que me reí de sus temores y le afirmé que no teníamos nada qué te- mer. con MARCOS GARCIA AS Se atiende con respetuosa PARA MAYOR INFORMACION: “DESAYUNO MUSICAL” 8 a. m. a 8:15 a. m. DE LUNES A VIERNES A A ''LA VOZ MEXICANA'*' 860 EN EL CUADRANTE DE SU RADIO A AN “MORTENSEN - KINGSLEY LA AGENCIA DE FUNERALES PREFERIDA DE LOS MEXICANOS PAGINA TRES —Pero ahora mismo me a- cabáis de decir que hay peli- gro en recorrer las calles no- che. Me parece que vuestras respuestas son evasivas y no sé si debo creer lo que me de- cís. —-Dispense, señor, quise de- cir que mi amigo debía espe- rar que se presentase el peli- gro. —-¿Qué os parece, Charley? ¿No haríamos bien en arres- tarlos? Hay en efecto muchos pillos afuera. Añádase a esto que el viento de esta noche es muy a propósito para que ar- da un buen fuego, y que este lado de la ciudad está admi- rablemente situado para ser- vir de base al incendio. Creo que sería prudente que los a- rrestásemos. (Pasa a la página 4) ERRE + ESTE PREPARADA FOLGER'S Regalando Premios! = 4 café más fuerte porque está mezclado con granos de sabor | más fuerte. AYALA FAN actividad. 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