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SPANISH PAN-AMERICAN WEEKLY NEWSPAPER Published every Friday by J. C. Franco. Entered as a second class matter March 20, 1940 at the Post Office at Phoenix, Arizona, under the Act of March 3, 1879. No nos hacemos responsables de las ideas entendidas por nuestros colaboradores. Para precio de anuncio diríjase a las Oficinas situadas en Teléfono ALpine 3-4948 Toda subscripción debe pagarse adelantada, y cuando el subscriptor desee que se cambie el envío del periódico a otra dirección, deberá notificarlo y acompañar la suma de 10 centavos. 62 So. 3rd. St. SUBSCRIPTION RATES Per Year: $3.00 Al out-of-town subscriptions must be paid in advance for at Six Months: $2.00 least a period of six months. AM payments must be made to the Editor. Post Address: P. O. Box 1448 Phoenix, Arizono MN ENFERMEDADES: ESTOMAGO MESICULA BILIAR continuar sufriendo de los molestos síntomas de Eructos, Acedias, Gas, a Acido; Vómito; rerbas pueden ayudarle a res. creadas para beneficio de afectadas zo ocina o y caro previniendo gas ULCERAS HIGADO normal del y bajando la presión de importa cuál sea su ma, hay un remedio hi EXAMINACION DE RAYOS X, A MUY BAJO COSTO, SI ES NECESARIO. pul a girada) POBRE.— Si ¡Tágase una examinación ahora mismo! Esta clínica está especial- mente equipada para diag- “nosticar y tratar las con: ciones arriba mencionadas y muchas otras no mencio. nadas! —Se aceptan Casos Industriales o Aseguranzas. Dr. D. R. Bettner N. D. 311 E. MCDOWELL ROAD PHOENIX, ARIZONA TEL. AL 2-0541 — Se habla español — Abierto Pa de :00 P. M. Martes y o por la noche: de 7:00 a 9:00 Domingos: de 2:00 a 3:00 P. M. A IA 1 A al namOrada de su SECADOR DE ROPA automático de GAS “EL SOL”, - HAZAÑAS DE PANCHO VILLA - Por JOSE M. FRANCES Interesante libro del que es autor José M. Frances, que trata de la vida y aventuras del famoso guerri- lero Pancho Villa, el Centauro del Norte, y que se vende en “EL SOL” 62 Sur Calle Tercera, Phoenix. (Continúa de la semana pasada) —Ajá —arguye Urbina—. Si te emperras.... Vamos. Si te matan, seremos dos. Esta vez no te me vas tú solo. A Pancho le conmueve la fidelidad de aquel hombre, en otros aspectos más feroz que una hiena, y lo abraza. Otro primate, tal vez Severo Reza, se hace cargo del timón, Y parten los dos compadres. Vuelan más que correr. Su au dacia temeraria, les permite atravesar como flechas leguas enteras de territorio hostil. Y como de rayo, ganan la ran- Chería. Demasiado tarde. La mamá Micaela, duerme ya el sue- ño de los justos. Pancho cae como una bomba en el jacal, y, ante el espectáculo de la pobre muerta, querría llorar; pero no puede. La rudeza de su vivir le ha sacado tan socorrida válvula. Abrazado a sus hermanos, siente que todo le da vueltas. Ve caras conocidas, que lo contemplan aterroriza- das. Pero él no da importancia a nada. Revive el momento en que juró enmendarse y todavía no lo ha hecho. Ahora Dios le cobra la deuda, arrebatándole lo que más quiere... En aquel instante un silbido que parte del exterior, don- de Urbina se quedó de vigilancia le advierte que hay moros en la costa. El instinto de conservación se sobrepone a todo. El cumplirá, aunque tarde su promesa. Será honrado, pero no es el presidio ni es la horca el medio más adecuado de mejorar su condición Y abriéndose paso a codazos, corre a dónde le llaman, no sin susurrar antes al oído de Hipólito: —¿Aún dura... eso?.... El hermano le tranquiliza con el gesto y Pancho desa- nu... a tiempo .. se oyen las voces consabidas..- Insudita ms fúnebre la de tales gritos. Pero los captores, que acuden impregnados de tanto miedo como o- dio, nada consiguen. Pancho Villa, en una de sus cabalgatas legendarias se ha evaporado a su vista. IV A su regreso al cuartel general de la banda, Pancho Villa reunió a sus gentes. Celebró consejo con sus “genera- les” y mandó distribuir equitativamente el numerario que se hallaba a buen recaudo y, sin más ambages, disolvió su temible cuadrilla. Distribuyó abrazos y apretones de manos. Y renunció, creyendo que para siempre, a la vida que llevaba. La jefecita se la agradecería desde el cielo. (Pasa a la Página 6) O RR RR III Al recordar con orgullo al Gran Presidente de los Estados Unidos: SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE Jl EL MAESTRO Por el Licenciado NEMESIO GARCIA NARANJO Hace algunas semanas que, haciendo reminiscencias del Cuadrilátero Parlamentario de 1913, me dijo el licenciado An- drés Serra Rojas que él había escuchado a José María Lozano y al Querido Moheno,- pero que nunca había tenido la oportu- nidad de oír la palabra de Don Francisco M. de Olaguíbel. Y aunque no me lo dijo claramen- te, creí que a su juicio los dis- cursos del último, menos vigoro- sos y elocuentes que los de Mo- heno y Lozano se habían perdido para la posteridad. Yo le res- pondí que Olaguíbel como ora- dor había sido tan interesante o tal vez más que como poeta. Se dió a conocer en toda la Repú- blica con aquella oración palpi- tante que pronunció en defensa de Florencio Morales, el asesino material del ex-Presidente de Guatemala, general Manuel Li- sandro Barillas. Antes de que con esta pieza tribunicia conmoviera a la Na- ción, se creía que Olaguíbel tra- bajaba en el Palacio Penal de Belén como defensor de oficio ¡por el mismo motivo que Manuel José Othón fué juez de provin- cia el delicioso Micrós consumió su vida en uno de tantos pupi- tres de la Secretaría de Hacien- da. En un ambiente raquítico como el nuestro, en donde hasta la fecha se pagan muy exigua- mente las producciones estéti- cas, los hombres de letras tienen que acudir a otras actividades para resolver el problema de la vida. Pero bastó que se escucha- ra el exordio de la defensa de Morales para que se vieses que si Olaguíbel había cosechado “frescos y verdes laureles” en el campo de la poesía lírica, le aguardaban triunfos todavía ma yores en la tribuna más alta de la Nación. Jesús Urueta, al enterarse de que Paco era el defensor de Mo- rales le dió el siguiente consejo: “vas a perder este Jurado como. lo perdería también - Demóste- nes y Cicerón. Florencio Mora- les va a ser condenado y fusila- do y nadie lo puede salvar; por tal causa, al hacer su defensa, procura defenderte a tí mismo; prepara un discurso de catego- ría y serás aplaudido por toda la América”. El asesino había apuñaleado al general Barillas, pero detrás de él estaba José María Mora, un sicofante de la dictadura de Estrada Cabrera que había ve- nido a México con la misión de empujar al autor material. Y muy pronto, tras los interroga- torios habilísimos del Juez A- gustín Hurtado Mendoza, se vió que un tal Bone, jefe de Puerto Barrios, había pagado los pasa- jes de los dos delincuentes. Y de la misma averiguación judi- cial, se desprendió que el gene- ral José María Lima, Magistrado de la Suprema Corte de Justicia de Guatemala, también estaba complicado en el crimen. Y de- trás de Lima, ¿quién?.... Atendiendo al Consejo de U- rueta, que era quien tenía más autoridad y experiencia para darlo, Olaguíbil comenzó su dis- curso comparando la instrucción judicial con una poesía de Víc- Viernes 15 de Febrero de 1957. DE LA IRONIA Y llo: era Judas Iscariote. Conti- nuaron cavando y el tercer es- queleto que llevaba una quija- da de asno en la mano era el de Caín. E iban a proseguir en su tarea indagadora, cuando de las entrañas del planeta surgió una voz que les gritó: ¡Deteneos porque vais a llegar hasta el mismo Satanás!” En aquel sí- mil fantástico, todos los que lle- naban la sala de Jurados pro- nunciaron el nombre de Manuel Estrada Cabrera. El Consejo de Urueta había sido escuchado y el discurso de Olaguíbel resonó en todos los países del Nuevo Mundo. Ocho años después, ha- ciendo un viaje de Nueva Or- leans a Guatemala, tuve la sa- tisfacción de que un abogado hondureño me recitara párrafos de aquella oración formidable. Un tribuno de tan alta calidad pasó pronto del Palacio Penal a la Cámara de Diputados en donde, desde luego, como un nuevo Lamartine —que no por ser el dueño de una lira de pro- digio se olvidó de sus deberes cívicos— entró de lleno en los azares y las zozobras de la po- lítica militante. Y se transformó ! como el poeta de “Las Medita- ciones”: los.cascabeles de oro con que había saludado a su amada en un rondel inolvidable se vol- vieron esquilas de bronce que tocaban a rebate: el pifano pas- toril se transformó en un clarín de resonancias épicas; las orquí- deas delicadas en su numen al ser extraídas del invernadero y expuestas a los golpes de los hu- racanes, demostraron tener la fortaleza de los robles y la re- sistencia de los cedros. El trova- dor frágil y vaporoso no se pa- ralizó con la armadura férrea DE LA PIEDAD | que llevaba encima y se puso a manejar la lanza de pelea con la misma facilidad con que ha- bía hecho vibrar las cuerdas de su lira. Y fué un- tribuno grandioso. Yo me lleno de orgullo al hacer su panegírico porque la opinión pública al unir mi nombre con el suyo y los de Lozano y Mo- heno, me colocó inmerecidamen- te en un sitio que casi equivale a una consagración. Porque Mo- heno, Lozano y Olaguíbel, cada cual en su género, siguen sien- do los oradores más grandes que han florecido desde el derrum- bamiento de la Dictadura porfi- rista. Lozano era el orador o- riental, fastuoso, que envolvía sus ideas en imágenes que se- mejaban mantos venecianos. Moheno era el tribuno ético, so- brio, con pensamientos sólidos- como bloques dóricos y frases siempre despejadas y transpa- rentes. Olaguíbel era el término medio entre los dos: ni tan ex- huberante y pródigo como el ar- tista asiático ni tan conciso y lapidario como el orador de A- tenas. Cicerón lo habría califi- cado como tribuno rodio, es de- cir, el que junta mágicamente los dos estilos, el que hace fra- ternizar dos continentes rivales, el que se tiende como puente de concordia entre dos civilizacio- nes opuestas. Su improvisación era correcta, pues se había depurado con el ejercicio de la cátedra. A casi todos los oradores nos sucede que cuando nos entregan la co- pia taquigráfica de lo que he- mos dicho, volvemos a hacer nuestros discursos. Con Olaguí- (Pasa a la página 4) >IIDOCACECREROR DARARRZARRRRARRAARA AGRICULTORES PRE-HISTORICOS Dos mil años antes de que Colón descubriera la América, los indios Toltecas que vivian en el Valle del Río Salado y en Gila, en Arizona, des- cubrieron la forma de cómo hacer el desierto verde y fértil. Ellos fabricaron más de noventa millas de canales de irrigación bajo bases de ingeniería muy perfectas. Los indios Toltecas fueron los primeros rancheros que en Arizona tuvieron éxito. Ahora, miles de gentes de Arizona ganan su vi- da en una industria casi tan vieja como la agri- cultura—la industria de la cervezal La bebida de malta del Estado emplea más de 11,000 hom- bres y mujeres, con un pago anual de más de PR RRIZZZIETZZRTTD COB ZIERO RR RRE RCTR RA RR RO RR RRA RR RARA ABRAHAM LINCOLN La abuelita cree que los días $33,000,000. Además, los impuestos que paga la de secar la ropa se acabaron. “Materialmente no puedo con la carga de la lavada”, dice élla. “Y mi espalda resiente cada vez que tengo que prender la ropa en el keda dero y cuando la quito”. Pero véan a la abuelita ahora. Ella rellena el secador de gas automático, con la ropa, voltea el controlador y es todo! Horas de trabajo : do se hacen en minutos fáciles. No hay mortifi- caciones, no ha: a qué estirar, no hay desgaste! éenos qué plan- quien realizó la emancipación de los esclavos, en ésta gran tierra nuestra, deseo hacer pre- ra todos ustedes y recordarles que es- toy a sus órdenes para servirles. * tor Hugo en la que describía a unos cavadores que se pusieron a remover la tierra para encon- trar el origen del mal. Y ce- diéndole la palabra al rey de la lírica francesa, relató cómo a- quellos escarbadores, tras de u- na larga faena, encontraron el J esqueleto de un jorobado: era Barrabas. Siguieron ahondando y se toparon con otro esqueleto que llevaba una soga en el cue- industria cervecera contribuyen substanciosa- mente a la economía de todo el Estado. United States Browers Foundation ARIZONA de DIVISION 314 First National Bank Bulidiag - Phoonix, Arizona char. Mucha ropa sale tan lim- piecita que no necesita plan- charse. En la fecha del día en que se Xx a ABRAHAM LINCOLN yo, como ustedes, debemos sentirnos llenos de satisfacción, de poder contar con hombres q mo éste, cuyo recuerdo se extiende a todo mundo. RI AICA 0 AM CANCELLATION SHOES ESQUINA DE CENTRAL Y CALLE MONROE 3 VENTA ESPECIAL DE DIA DE LA ETIQUETA AMARILLA MARCAS NACIONALMENTE ANUNCIADAS Para Mujer, ZAPATOS or ire de Ante, Para Vestir DR A $ Pidan una información a su abuelita. Dén principio a una nueva vida de descanso con un secador de ropa automático de e as. Véa a su tienda favorita ¡oy mismo! 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