El Sol Newspaper, February 2, 1951, Page 4

Página Cuatro. Phoenix, Ariz. 1917 “Chevrolet Sedan 1942 Chevrolet Sedan 1942 Ford Sedan 1942 Ford Sedan 1942 Plymouth Sedan 1941 Chevrolet Sedan 1911 Chev. Spe. deluxe 1941 Dodge Sedan 1941 1941 Oldsmobile Coup 1941 Plymouth Sedan 1941 Plymouth Coupe 1941 Ply. Club Coupe 1941 Stud. Com, Sedan 190 Nash Sedan 1940 Packard Club Coupe $345| 1940 3 1939 q 1939 Willys Sedan 1939 Plymouth Sedan 1938 Ford 2-door Sedan 1928 Dodge Sedan 1939 SUTTON USED CAR CO. 1651 GRAND AVE. Teléfono: 3-7854 $995 lla, insensiblemente, Lo $495 hábito que ha ido adquiriendo; $345 [conforme crece el éxito colecti- $395ivo de estos reorcidos gusanos $595 | humanos que podemos observar $595 |en las calles metropolitanas. Ha $545 |formado ya en tantas “colas”, Nash Ambass. Sed. $195|que le pasa lo mismo que a esos $595 ¡jubilados que vuelven a la an- $345 |tigua oficina para darles una $495 manita a sus ex compañeros de $195 que los días francos regresan al $345 café. Pontiac Sed. bueno $495 que da lustre y esplendor Ch. Sed. extra bueno $195 ¡su sapiente presncia a la pinto- $195 resca 'palomilla” que encabeza | $235 dignamente El Narigón, explica ! $295 ¡esto en forma filosófica, dicien $145 do que “el hombre es un animal Chev. 1% ton truck $2%5'de costumbres” lo cual no es na “EL SUL”, SEMANAKIO POFULAR INDEPEN! AR SÚrTON EL NARIGON MENDIETA EL DRAMA DE LAS COLAS S han puesto tan de moda las “colas” en esta capital, que El Narigon Mendieta” —el ilustre hijo de Celaya— cuando tiene tiempo disponible (que es la mayor parte de su tiempo), ve luna “cola” y se incorpora en e- hace | ya en forma mecánica y por un $545 | trabajo, o como a esos meseros Pezoa con El eminente profesor da nuevo, pero no deja da te- ner un profundo sentido de las cosas y una comprobación más de que ese hombre, cuyas pes- tañas se han tatemado noches enteras leyndo gruesos y com- ¡blicados voiúmenes, es el evan- gelio mismo cuando habla. Refiriéndose a su liávito, tan araigado como lus ahuehueies al suelo de Chapuitepec, El Na- rigón Mendieta afirma que ca- da cual se divierte como le da la regalada gana y que, guar- dándole un hondo amor a la a- ventura, nada más propicio que ingresar ala fia de los desespe- rados prójimos que frente 1 una ¡ventanilla de oficina pública, o una taquilla de toros, ueatro o vine, van avanzando lenta y angustiosamente, pasito a pa- sito, hasta lcanzar la anhelada meta de sus aspiraciones. Claro que no se traat de ir a formar en la “cola” por necesidad dán dose el caso de que, sólo por ma nía, muchas gentes aguantan el plantón delante de una car- bonería, cucando en casa los es- tán esperando con aceite de o- liva y los nervios como tachue- las. El Narigón Mendieia, que; se gasia sus ribetes de psicólo- go, ha podido cercoirarse de que integrar una “cola”, caminando hacia lo desconocido, inunda e: alma de estremecimientos de ansiedad, como el que llama a la puerta de una cortamancia- na de nombre hindú, pero de nacionalidad zapoteca, para sa ber qué es lo que le reserva el destino en su complicado baga- je de sorpresas. Pero hay “colas” que no tie nen la virtud del secreto. Care cen de ella. Se las indentifica en seguida por las canastas q' llevan las obnegadas señoras alineadas de una en una, las bo tellas, y las cocnversaciones q' se entablan entre los pacientes peregrinos callejeros. Anteayer, sin ir más lejos, El Narigón Mendieta, que siempre la”. Entonces Mendieta, editó un suspiro de satsifacción, que ccncuirencia era de lo más e ¿uie, y €ste de:alle excepcio- sua, do estimuló en su fatigosa ¡ empresa, Además, los “coleros” Ino ca. gaban ninguna clase de recipientes. —Caramba! —se dijo nuestro hé:oe—. !Esta es una “cola” di- ferente, y no me le pierdo por nada de este mundo! Resueito como Julio César al cruzar históricamente las aguas sucias y raquíticas del Rubicón, tomó su puesio en la hilera de pacientes. Y para dárselas de hombre más fino que un abrigo de pelo de came!lo, saludó ama blemente al caballero que le precedía en la “cola'”, y que era un señor de aspecto más grave que una tifoidea. —Buenos dias —le dijo con suma cordialidad, Pero el cabliero le contestó “con un. gruñido que- hubiera si do un exitazo en una explosión de perros. Después, miró a Men- deia de sosiayo y se encogió de hombros, como queriendo sig nificar: “!Y a mi qué pitos me importa usted!” 1 Ea ! que ostenta en la cuspide de su maceta, y decidió esperar, ha- ciéndose —eso síi— toda clase de conjeturas. Ya se sabe que sú cerebto es a la manera de una olla en ebullición, siempre y-luminosas ideas. Por-otra par- lista para hervir las más claras te, le era imposible ver a donde iba a dar el comienzo. de la: “co- la”, porque los “coleros” le da- ban vuelta a la esquina. Es de- cir: “que todo estaba en su con tra para veriguar el motivo, Pex ro como El Narigón es de tem- peramento más aventurero que aquellos conquistadores que se metieron. en una cáscara con ve las y vinieron a cambiar cordo- nes de zapatos, espejitos empa- ñados y alfileres de seguridad por barras de oro, no se desani- mó lo más mínimo esperando feliz el resultado de su inter- vención en el lento y prolon- gado desfile. En eso, una opulenta señora —tanto en alhajas como en ca1 nes— se colocó detrás de El Na- Viernes 2 de Febrero de 1951. . —¿Alcanza usted a verlos? 3, Creyó El Narigón que se refe-2> le abanicó el penacho capilar|ría alos “coleros” y respondió —Sí, señora, «son bastante e- * legantes. —¿Elegañtes? Se me figura que són húmedos. .: —¿Cómo van a ser húmedos estos cabaleros y estas damas? — protestó Mendieta, lanzándo- 5 le furiosa mirada de corto cir: * cuito a su interlocutora. —Es:que no; me refiero a e: los; “Hiblo dé los 'departamen: tos, s —!Ah. ¿Pero lo que buscan. todas estas gentes si ndeparta- mentos? —Naturalmente. Hemos veni- do atraídos por.*os aunncios q':; están publicando los diatois.: > “Semejante declarción, rompió el prisma del:encanto. El Nari- gón formaba en una “cola” de : aspirante a inquilinos. Pero ya no era posible detro- ceder. Hubiera hecho un pape- * lazo tremendoé Adoptó el aire. : de importancia y siguió cami- nando A- poco, observó que los +; que entraban al zaguán del al to edifició «salían decepcionados iempre psicólogo, el hombre que luce las más destacdas'na- rices nacionales comprendió en el acto que aquel individuo .no soltaría prenda, guardando e- gositamente el serceto de la “co anda a caza de aventuras, aun- que algunas de ellas le hayan costado ya la abolldura de la maceta o el colorido cárdeno de un ojo, se acercó a una “cola”. Pudo neta desde luego, que la PIECE DELUXE : EXTRA HEAVY MAKE CHICKEN FRYER BY USINO COVER OF DUTCH OVEN RASKIN'S CENTRAL AND ADAMS CAST ALUMINUM FOR HEALTHY WATERLESS COOKING _ OPEN THURSDAY 9:00 A. M. to 9:00 P. M. HAMMERED EFFECT SATIN FINISH Al Contado Cada Semana Ai iguales 26 his Viilido 2 las Casas por medio de Demostraciones a aalas Más que. el NPllll ROS HONORES EN ESTA SENSACIONAL CAMPAÑA PARA ADQUIRIR AMIGOS! Disfruten de verdadera forma de cocinar y de a- horro en la comida con estos juegos de trastes. COCINAN.... HNERVEN... N... HORNEAN.... | Narigón se volvió a verla, y ella ' —Dígame, señor, ¿cuántos, con: cara: de circunstancias. Al- Jgunos hastá:se. apretaban el nu >, do de la corbata en un acceso - nervioso. :-* —Creo quey a: están todos al-. quiládos —Opinó la dama que: iba detrás de: él—. 'Mire nomás. qué cara ponen de enterradores sin sueldo! - ; En efcto, la* impresión que da; rigón, que era el último anillo del gusano. Ostentaba un enor- me sombrero cuya pluma gigan tesca agitaba graciosamente el aire invernal. Sin duda que se trataba de unag ran dama. El aprovechó aquella actitud cu- riosa, para preguntarle: quedan? —Veinticinco— respondió El Narigón, sin saber lo que con-| testaba y para no dar a luz su] ignorancia completa del asun- to. —!Ah! —exclamó la dama, sonriente—, Si es así, entiendo' que habrá para todos. Menos nal, porque estas cosas son te- rribles. Mi marido, que es un avestruz disecado, me echa en) zara siempre que yo venga aquí a perder el tiempo, pero yo crec jue en lugar de perderlo, lo ga no. ¿No le parece a usted? —Me parece muy bien, señora —replicó Mendieta, —¿Y usted hace mucho tiem. po que está en esta “cola. —vo! | vió a preguntarle la redondeada señora. 'pecialista. que. los había desahu' ciado.... * El Narigón tuva una Sorpresa : más. Allí, en el _cubo, del za: tre sus brazos. Los ¡demás sé; detuvieron” pára contemplar la: escena, -' ¿Quién era aquel pro*. pietario: de -lárgas: y “aguzadas 3 finas atenciones. det adminis: 'trador? ; —!Qué bueho; Mendieta Palemón-— que pude distinguif et a la distancia! —¿Sabes. que he hecho?- Neégarles a esta —Como unos 4 años—repus: El Narigón ignorándolo todo 1 o el” Mltimo d0partameñeo por no quedarse callado. O quedaba pera dártelo: —'Caray, eso no puede ser! — —Pero si yo no_necesito,nijs expresó élla, mirando al nari- AE E gudod personaje con cierto re- aRg0n; PORICuoAse celo: por a un mole a r esto y encenderse —No, señora— se apresuró Mendieta a explicarle, para. nc polo: de: 108: Presentes, entrar en sospechas—. En estes - "o'n Mevo apenas media hora LE nión Anterrogó Par Yo me refería a todas las colas en 16col o quee mado. en que he tenido el honor ine P SE de-1 narrable de participar. Porque za igor CN costum- vo soy un “colero entusiasta. Búbñ po de 1 E q Seguían avanzando, pero muy; 1 o, si el propio Palemón tentamente, - Calásón ambos, ¿y [OUR mete “violentamente al f ó dífició, allí "mismo hubiesen E =u sileneno sirvió para que se: ¡¡cabado, los «días de la preciosa 7 oheervasen con mayor curiosi- Jsetncla def E dad. El tipo que iba adelante la > 1h o por hijo. “de de El Narigón se había soplado | -.y* lnehado por los iy de el periódico entero, incluyendo tes, 'colerós”. las avisos económicos. Por fin,: El Narigón dió vuelta a la esqui: na. La dama también lo hizo, pero se quedó mirando «a un edi' ficio alto, acribillado de venta- nas, que se alzaba precisamen- jo adonde iba a dar la “cola”, Movió la rabeza significativa- mente v dij ocon profundo des. | aliento: No tiene Botón en el Oído ARIZ. HEARING AID Co. ASAN.... TUESTAN.... CUECEN....!!! Retienen todos los sos naturales y vitaminas! Captan los sabores deliciosos de la cocina de las nun tas,... en menos que la mitad del tiempo y Y 'menos de trabajo. Lo más que ustedes pueden pedir en SERVICIO, BELLEZA Y EFICA- IA, lo encuentran en este Juego. Terminados por "fuera en un precioso corrugado y por dentro, fino y lustroso como espejo. 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