El Sol Newspaper, July 15, 1949, Page 4

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-— — no se hacía sino -lo que ella dis ponía sin pararse a considerar si ello era o no del agrado: de la marquesa viuda. De Merce- des no había ni que hablar. Era un ser insignificante al que no se tenía en cuenta para nada. Su condición de esposa no ama da. Su condición de esposa da, parecía relegarla a una pa- «sividad absoluta. Rafaél- María estaba en ese estado de espiri- tu especial en que, sin estar e- .imamorado de una mujer, se en cuentra un hombre amerced de ello y no obra sino influído pour -|tress Graham había logrado Megara esto con un: hombre co -|mo.el marqués de Vall de Eho, » [que ¿era rebelde por naturaleza y..no se depaba dominar fácil- mente...? Este era el enigma. —No,. Mamá: “hataél .María Pi no REPO » . mún y hasta de “dignidad, la- +, —no + no: <hay. que. decirselo. partida de la dueña de la casa, ne ponerles as él ni po-¡Y eres tu:quiene-se lo;ha: de: de-|así, sin un pretexto que la justi tú en ridiculo con;algo "cbr. ¿ Saca da or queda. á!sela, hubiesen sido suficientes Mendo, metigh panic amado ese;para incitarla a. preparar suz está:-destinado-a:.ser. e he-|maletas y marcharse. a su. vez; M de un excelso linaje Cré- 'perji- mistress Graham no «tenía eme. Ya.conozco a Rafaél María |la. epidermis tan fina. Encogió- e¡ Quizá. esta. noticia sea, el, medio |se de hombros. ante la. noticia de.que se. valga Dios. que Él se:y dijo tranquilamente a Rafaé! ij decida..a concluir. con este con1-|María que puesto que su madre p lp, entretenimiento... !Ay, |ya se había ido y por lo tanto que prescindirá. de--tt-por.-com- [qué -alegría tan..grande me lle-|la fiesta de cante y baile no po ; h y o 2: Madrid,. pequeña! «|día molestarla, esperaba que se de > daría sin ninguna dilación. Ra ¡Pe nn: 1 María no contestó, pero lo menos delante de su mujer, cu le ponían en un estado: de 'sor. da y latente irritación. a- hubie- ra sacudido como a una chiqui. áspero, casi a ros no traba. más. Solución por ría que poe de -Unós. meses Is parte que la, de, callar, dejar|iba a ser padre de un mufieno? —Puel yt: te: veo: soys 'hacer..y. conformarse con el des|Todas las confidencias necesi- y a mira > «ra que le ás en|tan un clima adecuado y el de pb cr RS a que: sy ma|taél María, disipada por vientos Su suegra fué. desde-: 'Jevases acefecto::la amena=|de banalidad! ¿Cómo iba a ha- día una'enersiga; pero 'a-— Ja::márquesa: viuda, «salió |cerle ella partícipe del dulce se en estas cireunstancias;-se esta [desu cortijo sin: despedirse : de mientras le viera frío y | ul 'hijospor no tener.que hacerlo |aspérrimo? A lo mejor, mien. veyde:mistress Graham. :|tras ella se.lo estaba diciendo, con el alma temblándole en los abios, é, estaba yéndose impa- ciente haciala puerta, “porque mistress Grahb le, estab aespe- madre. >... + Jjrando para salir a peseo y no Su vor temblaba.- Estaba y u:Bafaél: María le: lle-|quería hacerla esperar”... Tem- clonadístma,'-acercós sa-siltita! aale«alma;: soberbio: y..rebelde|bló Mercedes, al sólo pensamien hasta el viejo sítlów £ratlero- pra... “Ya me avisarás, [to;de un ultraje así. No: se ra. María Beltrán y puso+eruzadas ae vaya esa: señora. pa=|llaría, Sería lo mejor. Ya desa- sus maons sobre las rodillas dejra volwer,a. mí ¡easa,”... Era :un|parecería, .la .forastera un. día. la suegra. 4 « [bofetón: para Ja «cortesía. filial [u.otro del “horizonte de su vida María Beltráts da «cogió del: muehacho;:. pero había que|y entonces..... ra por la | y miró hasta | darse también: icuenta: de lo. di-| ¡Sentada bajo un corro de na. ¿jranjos en* el- pintoresco huerto idas rosas y los nardos fra | gante la encontró: Rafaél María zón con un ' “Graham, en su ín|abismad en esos amargos. pen. ca Mercedes la Aran ,srqueremos . conce- [samientos. No pudo menos: de capaz. á — .no..se..dió cuenta de sorprenderle la- desolada -expre- a ¿Y ese loro Nnáa que. Rabia. anulado. por comple|sión: del tristísimo rostro afima lo que hace, estando — ¡to 8 la señora . de.la casa. AMi| do de su: «mujer. “Sufre” pensó: pr di pe == caco sm 14,861,632.44 A AS e IA 1,578,051.83 mE y ¡169,473.31 161,913.20 _A5317,099.20 Ms E Pa e A OS 'sus- iniciativas. ¿Qué cómo mís' ¡flla,:malcriad. Estaba con ella, lel-«cortijo, rodeada: por las en--: rm «ul pul” SEMANARÍO POruLan INDEPENDIENTE ¿ ¿quién tiene la culpa? ¿Por q'¡dos dde altura sobre ella; pero no se ha puesto en ese plan ri-|en- esta mañana: su orgullo mas dículo de víctima? ¿Por qué no'culino espoleado no admitía puede disimular en- antagonis- mo que siente por Mistress Gra ham? —Oye, Mercedes. Ella, alzó los ojos. Tenian una mirada vaga, como si des- cendiera su espíritu de recorrer regiones muy altas. Y le miró fría, inexpresiva. El, se sentó ¡a su lado sobre el poyete.de ma- ¡nopostería rematado por ver¿a de madera pintada de verde y toda enguirnaldada de gurá. neos trepadores color de rosa. —Esta noche piensa que ven ga toda la cuadrilla:de canta. dores flamencos. : Tendré. que complacer a mistress Graham. ¿Qué dices tú? . Mercedes .esbozó- una sonrisa irónica, ¿Consultarla a ella? ¿Por qué? ¿Hasta ahora no.ha- bjam procedido como si no exis- tiera? —Bueno, bien... brevemente. —A mí me parece — y vengo a consultártelo — que debíu- mos invitar a nuestros vecinos de los cortijos lindantes, y que debe haber el convite de cos. tumbre, no crees? Ya estaba explicado. Rafaél María quería . dar solemnidad — concedió que su mujer le reprendiese y he aquí que se sublevaba obli- gándole a decir cosas que no sentía y que estaban destrozan do a Mercedes. —No — respondió con mesu- ra la joven — Porque somos di- deferentes, sencillamente. —¿Y qué quieres? ¿Qué por que tú no la tragues tenga yo [que cometer una grosería? Qué la eche a la calle como ha que rido sugerir mi madre? —No: tú eres muy dueño de tus acciones y yo no soy quien para imponerme a ti. No tengo «|[ningún derecho ni- siquiera el del cariño, que es el único que podría invocar. Porque: no olvi= do que sólo soy una esposa im puesta por las circunstancias pe do- por estos derroteros y he ro la conversación nos ha treí- contestado a tus preguntas sinj cortar con que la simpatía no se impone. Y esa señora,, no me ha sido nunca simpática, íque quieres? Por lo-demás, tú eres el amo de esta casa y yo sólo soy en ella... un accesorio... —'!Un accesorio que me estás haciendo una escena! —No lo creas. Te he dicho algo de lo .mucho que pod.ía, Viernes: 15: de Julio: de:1949. — quesa de Vall de Ebo recibía a¡tregasen' a su doncella. Con esto sus invitados con aquella soltu|laf iesta continuó; péro úna ra de buen tono, tan lléna de|sombra se cernió “sobre la” ale- principalía y de amabilidad, q'|gría de todos desde el momento habían encantado en Roma a ¡Compadecían a Mercedes Pensa sus selectas amistades. Por una¡ban de Rafaél: María. y ¡de mis. noche más, fué Mercedes la tress¡Graham'lo que existía: en mujercita brillante que eclispa |realidad. a todas y por una noche más, Cuando se despidieron los in- Rafaél María Beltrán, sintió,. el | vitados,. estalló;:Ja cólera.de Ra- hechizo de estos triunfos sobre |faél María;:pero no sobre la ex su cha. La fiesta estaba siendo un vanidad masculina satisfe. tranjera' que: roncaba: como un 'cachalote-bien tendída er: laica - ma, sino sobre su mujer, cuyo éxito Mercedes, dispuesta a .dar|silencio, cuya: actitud: fría, .eran la, lad ió espléndidamente, co. mo requería el nombre de su nte. condenación. para ..to do lo que: estaba. aconteciéndo. cas. Mistress Graham, . parecía | En el. saloncito común, antes: de disfdutar enormemente con el cante y el baile. Había comido jamón hasta hartarse y estaba bebiendo manzanilla sin parar. Por dos o tres veces, Rafaél Ma- ría — que era. mesuradísimo en el beber— le tuvo que quitar las [cañas ce. las manos con la a- prensión, de que fuese más a- lá de lo correcto. La concurren cia era de lo más sedecto que Inabía por los alrededores; un ganadero de reses bravas ucn su mujer y cuatro hijos, dos de ellos chicas monísimas; los con des de Mieres, con toda'su ía. |milia, el general Montiel .con la irse a. dormir; tuvo. Jugar: una escena fuerte en muy pocas pa- labras. Mercedes ¡cóndensó” la situación en dos frases. —Tu::madre:tenía: razón: Ya has. visto" lo. que- ha. ocurrido... —Lo que: ha. ocurrido es muy frecuente. cuando se trata de extranjeros que no estári. acos. tumbrados . abeber... — quiso suavizar él. —Lo .malo,no: es que mistress Graham haya: bebido, sino. que haya hablado. ; —No-ereo que: nadie tome en serio lo .que.se: dice en un es- suya, los Sánchez - Dávila, Her! > semejante: de .inconscien. nán y Fernándiz, el banquero ¡ “18, a la fiesta; bombo y ruido. Que decirte. Y ahora, punto y apar-|Olózaga, la condesa de Alínonte fuese algo. espectíacular a fin¡te. Dime aquienes quieres que¡cons u hijas..... de que la extranjera se llevase ' un recuerdo vivo. y agradable de las costumbres .andaluzas | y para ello necesntaba la coo- aula para tu fiesta. —!Mi fiesta! 'Bien sabe Dios que ya me la has aguado! ¿Con qué gusto, quieres que asista aj “Las Golondri- nas”, parecían haber legado 11 apogeo ya olvidado de «Sus bue nos tiempos. Sobre Mercedes Hovian. -1os ' Iperación, de su: mujer. Era ellajela para verte con. un ceño de cumplimentos.de buen busto, taciones; quién tenía que reci- bir a log vecnos; quien tenía q' rendir los honores como señora de la casa que era en ausencia de su suegra... a necesitaba para complacer a la otra. Esto era todo. Cada vez más fría y distanciante, respondió: —Como. quieras. El se picó de esta pasividad que le iba soliviantando ya los nervios, de esta mansedumbre, que era como un reproche mu. do. a. sus relaciones con mistress Graham. —Como yo quiera, no: como a ti te parezca. Por algo he ve- nido a consultártelo... — dijo impaciente; —'Tanto honor...! —murmuró mordáz, la mar!quesita,— Ordi= nariamente, sueles prescindir de miopinión. —!Mercedes! Me quiere pare- cer que estás celosa de mistress Graham porque «de no ser. así no me explica tu actitud... saltó el sin poderse contener ya Ella, con gesto de desdén, que le acabó de crispar, dijo: —Uuna mujer elegante no puede tener celos. —!Pero los- tienes.! Eso es. '—Perdona, hijo. Te veo en “camino de convertirte en un fa- tuo. ?Celós yo? —-'Celos. tú! ¿Por qué no ha- bías de sentirlos? ¿Tan poco lvalgo yo? (furios). —Vales un imperio; pero. pa- ¡ra sentir celos es preciso antes otra .ocsa. —¿Cual.? —Estar enamorada. Rafaél María se 1 aquedó mi, rando, apabullado. El golpe -le había dejado sin. palabra. —Sí, querido, sí, Olvidas que yom e casé contigo a requeri- mientos tuyos, por. salvar. mi nombre del descrédito; pero no porque te quisiera. de amor. No podrás decir que nunca, jamás he dado a entender que estucie se enamorada de. tí... Tu deva Íneo con mistress Graham, no Íme molesta lo más mínimo per sonalmente. —¿Conque no? Entonces, ¿q' esignifica tuactitud? —De tu discreteo solamente me molesta la postergación de¡ que estoy. siendo objeto. —Yo no te postergo. Eres tú que te apartas de mis planes y me dejas solo con ella. —Porque no quiero. autorizar ¡una situación que no te favore- ce lo más mínimo. —Mi madre te ha enseñado la lección. —¿Tu madre? 'Buena. está tu madre!. Tu madre no ha in- fluído en mí para nada. en el concepto que tengo de mistress ¡Graham y desde el primer mo- mento viste que no fué santa de mi devoción. > —!Pues: no tienes motivos! Mistress Graham es un poco lo- ca, unp oco excéntrica, pero no es mala persona... —Mistress Graham, choca de continuo con nuestro modo de ser y no puede haber afinida. des de ninguna. clase entre ella. Y ....... yO. —¿Por qué te juzgas mejor q' ella? — dijo con frase hiriente, Rafaél María. : Sabía que su mujer tenía ra- zón. No se le había ocurrido ni siquiera comparala con Ja ex- tranjera, tan seguro estaba de ¡que Mercedes estab a cien co- proche constante? . —Si lo prefieres, no asistiré. —'Me estás poniendo los ner vios de punta! —No es para tanto. Dile a tu mistress Graham que se prepa re un buen bantón de Manila. [que desde luego le estará pa- bre mujer — y una tela -de cir. ra que la llore encima a la po cunstancias; porque pienso ayu darte a organizar la verbena más famosa de cuantas se re- cuerden en el contorno. Rafaél María, se le quedó mi- rando, receloso. —¿En serio? —-Sí., hombre! —Te lo agradezco. —Ya puedes, porque me im- pongo un sacrificio pero que no me dé las gracias eella, por- que, conste que por ella no lo haría, que lo hago por ti. 'Las mismas palabras de su madre! Rafaél María, se separó de Mercedes, pensativo. El gu- sanillo de conciencia le iba hur gando en los adentros. xxx Marieta, acabó de prender unos. claveles en el pelo de Mer cedes, mientras comentab, rién, dose. —Quisiera que la señora hu- biese visto a mistress Graham hace un momento. —¿Como? —Me ha llamado. Su donce- lla, que tiene tan mala sombra como ella, no se entendía con la teja, las flores y el mantón... !qué: risa! Le había puesta la teja así, que parecía que se ha- bía caído de un tejado y se le haba» quedado elavado..... He te- nido que peinarla y ponérsela, y clavarle unas flores que le No ran. !Qué desángeados con es- tas extranjeras! Mercedes . sonrió. Llevaba .un preciosa. vestido de crepe Geor- gette, de un. rosa. pálido y los claveles ropos de tu tocado ha cían juego con las rosas de su mantón. blanco. Madrileña cas- tiza, la prenda españolísima era un poema de gracia encima de su cuérpo perfecto. —!De ella a la señora mar- quesa.' Suspiró Mercedes. !'De seguro quea Rafaél María le parecería “ella”. una calamidad. y ni si. ¡quiera miraría a su mujercita! Cuando bajó antes de que lle gasen sus invitados, los dos es taban ya eñ el patio, muy jun- tos —por lo menos a ella se lo pareció con lal ente d aumento de celos — y muy alartelados. A mistress Graham se le caía el mantón por todos lados. Es. tava desastrosa, a pesar de su traje rojo y mantón del mismo tono, bordado en blanco, que debió costarle un dinera. Rafaé! María, miró detenidamentz= a su mujer. La encontró impeca- ble, con la gracia castiza que requería su tocado. —Estás maravillosa — la cumplimentó. Sintió aquel orgullo que le invadía en Roma cuando la aureola .de.los triuntos de la marquesa de Vall de Ebo le llegaba a él, también. —Cada cual lo suyo — contes tó brevemente Mercedes. Y Rafaél María como su mira da se detenía un. punto con al. go parecido a la conmiseración sobre Ja mustia figura de mis- tress Graham. Momentos más tarde, la marf ñ ya sería actitud -y su- silencio Iquien tenía que hacer las invi.|miedo, que ha de ser un re-|esponjando al Marido, | que. se llenaba de satisfacción al oir- los, y levantando en mistress Graham una malsana contrarie,* dad que no se cuidaba de disi. mular. Si en efecto, la buena señora, llevaba un plan preconcebido al: fomentar su discreteo con el marqués de Vall de Ebo, esta l, % —Hay quien dice “In vino veritas.” —!Mercedes! Sea. como..sea, .ha.. dado. un estándalo esa .mujer.. Verás, si s 7 | aun!) quieres seguir recibiéndola 'en'cas; de. tu, madre... ¡en -la.ca saque, ha; tenido que, abando- nar:.por no autorizar. todo . esto que te tenido .que phesenciar y tolerar. yo! —-Yo te prometó queno lo presnciarás más —gritó; des. compuesto. Rafaél María, ésta- ¡Mado- Sobre" la ' infeliz Mercedes ¡toda su cólera reprimida. (Al. ¡guien tenía que- pagarlo.) 'Por- noche hubo de confesarse que|que me iré; me iré mañana mis no era la cosa tan fácil como pa. recía; porque aun dando, de ba|y mo y me llevare a esa' mujer. así, te quedarás bien ancha rato a Rafaél María no estuvie|y podrás telegrafiarle a mi ma se enamorado de su mujer, la|dre que venga y que traiga +. admiraba lo bastante y la te-|las niñas dé Quiroga sin miedo nia en un concepto suficiente. |a.ques e les-contamné mistress mente elevado para que fuese cosa sencilla apartarla a un la do como a un trasto inservible. Además, mistress Graham, se estab dando cuenta de que en España estaba aun la gente su ficientemente atrasada para no entrar sin escándalo en ciertos aspectos de la normalidad. (A Dios gracias, decimos nosotros) —'Chica, qué escándalo! (la doncella de la señora). —¿Qué ha pasao? (La chica del capataz de “Las Golondri- nas”.) | —La cotorra de la extrenjera mujer, que debe haber empina «o el codo más de la cuenta y está cue da asco. —¿Por ande le ha dao er vi. no? ¿Es peleón o tierno? —Le ha dao tierno y senti- mental. S —Ese es er peor; porque ar desgracia que se le vuergue en. cima, no se la pega en titita la noche. 'Digo! marqués. Mírala: allí la tienes. |' —-!Arrea! !Se le ha corgao der brazo y no se le está poniendo melosa ni ná.! 'Pobre señ( mar- qué: ( —¿Pobre? En sus glorias que estará. —Amos, no digas; que tam. : bién esto señores tien que agun tá cá lata... ¿Es que tú. crees que ar señó.le va.a. gustá má ese esperpento estucao que la * preciosidá de su mujé? —A veces ... (la doncella, cau tamente, reteniéndose las pala- bras que se le escapan indigna. das). —'!Mala mujé, mialá! :!'Que se le cuerga ar cueyo! !Ay, mi ma dre! ¿Y no hay quien le dé esa mujé un bañito de agua der Graham. Levantóse,furioso, para salir; pero élla detúvole con una fra. se: —No eres tú quien tiene 'que salir de tu casa. Desde el, mo- mento que somos incompatibles esa señora y yo, soy. yo.la que debo salir. Eso, antes que obli garte a falta a los deberes de huspitalidad para con éllá. ¡No te alarmes, Rafaél Maria: sigue en “Las Golondrinas” obse. quiándola y atendiéndola.. Yo seguiré el camno de tu madre y cuando éstes sólo, ya. avisarás —S|i te vas, no te avisaró nun sa! — rugió el, rojo de cólera, Todo .comenzó. a» darle vueltas a Mercedes: en torno. Cogióse al respaldo de la silla y cerró losojos, '“—Pues aunqué' no mé avises, me iré INi un día. más, en.com- pañía de esa mujer después: de lo de esta noche! Todo el mun —Ples la ha pagado el señor|do cree que es tu..! Ha habla. do en una forma que' ha creer loque no es!. —¿Hahecho creer, verdad? Y a ti también, por, lo que- veo. —Yo,. ¿qué 'iniporto? —Di la verdad, !sí, lo crees! —Lo crea o no, el resultado es lo mismó. Después: de lo de ¡esta noche, yo no Puedo. seguir "autorizando con mi "presericla, aquí. . vuestro :*!flirt” Seria: in- mo, al. -Mi' dignidad. no mé lo consienta, —!Eres vna. mujer in: siva, una cursi! !Yó no debí núnca láberme casado contigo! Estás fuera: de. moda... —SÍ: tinnég razón. Est3y aun a|lo bastante fuera de meda para jue todas estas audácias má pa- poso y se la yeve a la cama a |TllCAN.... dormí la mona? X El espectáculo fué pa ble. Mercedes lo presenció sin ques e alterase un solo músculo de su fisonomía. Nadiep udo trable el estado de su espíritu conturbado por mil encontrados sentimientos. Rafaél María, furioso y sabién doseen el más espantoso de los ridículos, tuvo que padecer el asedio inconsciente de mistress Graham, que no sabía lo que de cía ni lo que se hacía, por com - pleto mareada por la "manzani- a. La mistress habló... habló tanto, que todo el mundo se en teró de que estaba loca perdida por el marqués y de que trata ba de realizar con él su quinto : en medio a Mercedes, El escán faélMaría, ciego de ira contra mistress Graham, ordenó'_a: dos fuerza a su aposento y se la en. | | | rosa matrimonio....si podía quitar de| dalo llegó a tal punto, que Ra-| gañanes que la subieran a vivaj- —!Cálla! ; El puño -cerrado, amenazador, tendiase hacia. ella. Por un mo- mento,esperó el golpe; pero és- te no-llegó, Sólo oyó el portazo : ¡Que: daba Rafaél:«María mascu- conocer en aquela -cara impene llando una palabrota al entrar en su cuarto. | Mercedes .se levantó 'sin'lágri ¡mas, serena en. apariencia, pero 'con' algo roto «dentro: de: ella. Por aquella mala mujer, Rataél ¡María había llegado 'a., levantar 'le la. maño a ella, la ¿mádre..de su” hijo.... Bien. estaba. 'Continuará . a. semana: entrónte

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