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lssaz.. Año terrible para la Pa- “EL SOL” SEMANARIO PUPULAR INDEPENDIENTE mm __. _QÓEOÓEK —me— A XV e o a Viernes 26 de Noviembre de 1948. TIO LUPE Y ya solo, solo en la obscuri_ granaba,se deshaciía, como una: . Published every Friday by J. C. Franco , Entered as second class matter March 20, 1940 at the Post Office at-Phoenix, Arizona under the Act of March 3, 1879 E $ grienta aurora, presadora ES to. Invierno crudelísimo, que se aziunciaba con san de¡ martirios y lágrimas sin cuen. | pero dad, el viejo recordaba... ¿Por qué iba a la guerra? Diez dias antes, cuando las ca- ¡lles deSan Luis Potosi llená. ¡mazorca seca. como nube al 'viento.. como terrn de azucar en el agua... En la hacienda de la Encarna _Mo nos hátemos responsables de las ideas emitidas por nues- merios cruel que el frío del desa |banse de soldados de clarina. liento y de:.la incertidumbre. tos Para precio de anuncio diríjanse a las oficl- sas situddas en 62 S. 3rd St Teléfono 3-4948. Toda subscripción. debe pagarse adelantada, y cuando el subs- .eriptor desee que se cambie el envio del periódico a otra direc- <ción, debera APIO y ao de suma do les tonos: SUBSCRIPTION RAYES La “esperanza. no logra sobrepo. nerse a la inquietud, y el ejér_ cito de Santa Ana estirarse, len ta y penosamente, por las inhós pitas llanuras, en busca de las tropas de Taylor, que han' ocu- | " ¿|pado ya Saltillo, - Per Yedr 32.50 <p dl cut-otitowa subseripticus must be paid in advance for at least a period of six months. Al payments must be made to the" Editor Postal Address P. O. Box 2161 Six Months $1.75 - En mísero-jatal, que tiembla y cruje al azote del vendaval helado y restallante, bajo la apacible mirada de la Guadalu pana clavada en la renegrida pared, sin más luz que la de un chorreante velón de sebo, próximo a extinguirse, en torno Phoentix, Arizong JUSTICIA A SECAS «El último atentado ccmetido contra la vida de.un pe- .riodista, director de una revista ilustrada, por un grupo de cobardes asesinos profesionales que lo abatieron a ba- lazos y lo dejarón múy mal herido a la puerta de su casa, ha conmovido la opinión pública, que, justamente indig- nada, reclama el castigo de los culpables. 7 De nada sirve, en efecto, que nuestras leyes Consa- gren' explícitamente la libertad de expresión en los perió- dicos, si hay quienes, creyéndose seguros de la impunidad, . se atreven a emplear contra los periodistas los "procedi- mientos de que usaban antaño los pandilleros de Chicago. > Los 'fines del periodismo, nobilísimos de suyo, pueden bastardear en ciertos casos cuando, apartándose de su primitiva pureza, se convierten en viles propósitos de di- fampación y calumnia; pero, entonces, es lícito acudir ante los tribunales, requiriendo de ellos el castigo legal de los periodistas que, por haber quebrantado las normas. éticas de-st profesión, no son ya sino reos de derecho común. Lo que no puede admitir ninguna sociedad civilizada es que. paracallarle la boca a un periodista lo manden asesinar, como en:el caso relativamente reciente del director de un diario Tampico y como en el que acaba de acontecer en esta'ca] ; se este crimen, por supuesto, resulta fundado en resquemores u “odios provenientes de la actitu perio- dística' dé la victima. . Muy. presente tenemos que, de oli del asesinato del señor Villasana, fué depuesto de su cargo el entonces « gobernador del Estado de Tamaulipas, a quien el clamor público señaló como a autor intelectual; y tenemos enten- dido que el asesino material está aún en la cárcel. El cri- men, por.tanto, no quedó de todo impune. Así esperamos que acontezca con el que hoy nos ocupa. En un régimen de derecho como el que preside el 'señor licenciado Alemán, la ley debe alcanzar a todos. No nos hacemos, en absoluto, eco de ninguna acusa- ción,. de ningunos rumores A la justicia, que no a nosotros, es a-quien toca perseguir y castigar a los culpables. Noso-. tros, como voceros de la opinión pública, sólo correa ODIOS DE MERCADER -Ráfiriénatne explícitamente a las últimas declaracio- nes del señor Molótov, en que el director aparente de la política internacional del Kremlin interpretó a su guisa la elección del Presidente Truman llamándola, “en.un len- guaje típicamente incendiario”, prueba manifiesta de 'que el pueblo norteamericano desechaba redondamente ““el pro- gram republicano francamente agresivo”, el, Senador Van-»- denberg, “miembro conspícuo de ese. partido político y pre- . sidente actual de la Comisión de Relaciones Etxeriores del Senado de Wáshington, tuvo particular empeño en aclarar - hablandó ante la Asociación de Oficiales de Reserva de los Estados “Unidos, que el triunfo del candidato demócrata nos en modo alguno, un. ablandamiento en la política end de la Unión Norteamericana, por lo que mal” harían los rusos en darle crédito a la interpretación de; Molótov. ' El Senador Vándenberg hizo hincapié, en stecto; en el hecho de que la votación en las dichas elecciones había favorecido la política internacional “bipartidista”, con más de:cuarenta y siete millones de votos en favor de los can- didatos demócrata y republicano, mientras que “el único partido que entró en la contienda (electoral) con las ben- diciones de Moscú y con el confesado apoyo comunista”, esto es, el partido pregresista de Wállace, sólo había. logra- do algo más de un millón de votos. Huelga decir que esa proporción, de cuarenta y siete contra uno, es de una elo- cuentia -«avasalladora, De lo que dudamos es de que, con s uestrépito, logre traspasar la famosa ““ocortina de. hie- rro”,.como lo supone el senador Vandenberg, por aquello de-no.hay peor sordo que el que no quiere oir; y porque harto: acostumbrados estamos a que en el Kremlin pe oídos de mercader. El Papa felicita a Trumán por su 107 ro peridad. El Pontífice añadió. q' estos deseos van acompañados de oraciones por la familia del presidente. a Contestando, el Presidente, dió las gracias al Pontífice y a desmoronada hornilla en la -|que sobre mortecinos tizones ca liéntanse hasta media docena de “gordas”, apretújase un pru po de soldados, cuyas misera.. bles ropas no alcanzan a defen der los cuerpos ateridos y con-' vulsos del frío que cala los hue sos y acalambra los músculos. Hambre, frío, cansancio, miedo quizás, todo -se concita sobre aquelos hombres que, unos con ¡tra otros, procuran darse calor As4quiera, ya que otra cosa no pueden darse en esa hora de fa tiga y desánimo. . —¿Tienes Frío, Chon? Y el interpelado -repúso, cas. tafleteando los dientes y hacién | dose un ovillo” con brazos y piernas;: * —Muncho, tío Lupe, muncho; crioque que me voy a. morir, co mo se murió anoche Chebo, eli hijo de doña' Petrita. —Toma mi capote, anda. —No, tío Lupe, ¿y usté con qué. se tapa? —Anda tómalo. ¿Cuántos .a- fios tienes, Chon? —Ando en veinte, crioqiue — contesctó el mozo, tomando el capote militar que Je pasaba él tio upe y envolviéndoselo con un ¡ah! de satisfácvión. —¿Veinte no más? Pos yo ya pasé. de .los sesenta. ] —¿¿Y porque viene a la gue [rra, tio Lupe?, a usté no lo aga rraria la leva como a mi, inter caló otro de los hombres. —Y como a mi —agregó un ¡ tercero, —No, muchachós, a mí no me cogio la leva. Voy a la gue rra... porque tengo que ir, Y' las miradas del viejo que. daron fijas en el espacio, como en un éxtasis sormbrio. —Tio Lupe,, dígame, ¿y su ranchito?. —Me lo quemaron hijo. —¿Y doña Lola? —¿Mimujer? Sé quedó en San Luis, llorando la probe. .... —¿Y Mariquita, tío Lupe? —¿Mi hija? No dijo más el viejo, y sus ojos quedaron de nuevo inmovi les mirando» un punto indescer nible en la: pajiza techumbre... «Hubo un silencio. Repartié. ronse las “gordas” a como tocó a cada uno, que bién poco fué, Tio Lupe —rompió al fin el mozalbete— ¿no le quedaría bun traguito de “Stol”? Si, toma — y le alargó una sucia cintimplora de cuero, en_ negrecida por el uso. - —Pero ya es muy poquito, ]guardeselo usté, tio Lupe: ! —Tómenselo, mañana consi- guiremos más. - La cantimplora pasó de boca en boca, hasta agotarse.. * —Siempré 'salienta un poqui to, ¡caray! Y de nuevo fué el silencio, en el que cada” cerebro mandaba sus pensamientos, “lentos y difí|' ciles en unos, vivaces y ágiles en los menos, pero en todos tristes, por, tan divergentes rum bos y destinos. Llegó al fin el sueño. Uno a úno fuéronse te_ diendo sobre el suelo de tierra.. Comenzaron a escucharse ron- quidos ásperos y roncos, y en el pasajero olvido de sus recuer_ dos y de sus miserias descan- saron. ¿ Sólo Tío Lupe no dormía. Mi_| ró con ojos compasivos a aque- llos muchachos arrebatados por el huracán de la inicua gue rra; acercándose a elols, a uno la arropó en su maltratado sa_ CIUDAD DEL .VATICANO Su Santidad el Papa Pío XII fe- licitó' al Presidente Truman por su victoria electoral, y el presi_ dente, contestando, dijo que hu mildemente “buscaba la Guía Di vina en su lucha por la paz, a- nuncióelVaticano. El «mensaje de Su Santidad expresó la esperanza de que la labor del presidente debe ser coronada por la paz y la pros. añadió: rape, a otro le acomodó la ca- “Nuestros campos de trabajo|beza sobre la mochila; al del aunque distintos, tienen algu-|rincón lo apoyó' bien derecho nos objetos en común: la felici_|en el: ángulo donde se había dad de la Humanidad, paz y|recostado; y volviendó a su si_ das y. redobles solo pensaba q' era ya muy viejo para ir a pe lear contra los que habían en trado al país, en son de con_ quista; diez dias antes solo hu biera deseado ser joven y fuer te para presentarse al general Santa Ana “y decirle, antes que la leva lo enrolara por fuerza: —Mi general, quiero ir a la guerra, con usted, a matar americanos, a echarlos de nues tras tierras. Pero ¡era tan viejo! ¿par qué podría servir? Y, sin embargo, habíase pre- sentado en el Cuartel General, con sus. sesenta años y había dicho:.. —¡¡Quiero ir a la guerra! Y como sabía manejar la pa. la y el azadón y abrir surcos y hacer espaldones de tierra, lo habían mandado a los zapa dores. Si. Diez dias antes,. al regre- sar a su tugurio, tras breve au sencia en que fué a ver lo que sacaba de las .humeantes rui_ nas de su ranchito, su mujer, toda ' afligida, y descompuesta, habíale dicho: —¡Y se llevaron los soldados a Mariquita! ¿A Mariquita.. los soldados? —Si, viejo. se la llevó uno de esos que les dicen coraceros. —¿Como se llama él, no sa- bes, vieja? Si, se lalma Francisco Val_ dés. Y el viejo no preguntó más. Salió de su desolado “hogar y preguntando aquí rogando allá supo que ese Francisco Valdés, era de Saltillo, que iba con los coraceros del coronel Guitián, rumboa 1 Norte, a la guerra también. Y volvió a su casa, arregló su itacate, dijo adios a doña Lola, y se ¡presentó al cuartel. —;¡Quiero. ir a la guerra! Poreso estaba ahí, en ese mi. sero jacal, despierto mientras todos dormían bajo la suave mirada de la Guadalupana, q5' un rayo de luna filtrado por las hendeduras del techo, ni_ baba con la luz de plata, en esa helada noche de febrero, Afuera, sobre el inmenso lla. no inhospitalitario, el respirar de.la enorme multitud acampa d asin abrigo, sin pan, sin fe, era más angustioso que el au_ llar del viento en las ramas sin hojas de los dispersos mezqui- ses esqueléticos... nadas, en el mes voluble y fie_ ro; hoy bajo la lluvia que tran- sía los cuerpos, otro día bajo el sol quemante, y siempre sobre| —¡El tío Lupe!.. si, ya Sé..... las arideces del desierto ¡inter_|Mariquita!! minable, para tiritar de frío, Y trataba en vano de incor. bajo las estrellas impasibles, |porarse. en la noche gélida. Y así, en verdaderas estaciones de un cal vario, dejaron, atrás la hacien. da de Peñasco y Bocas, y el vi_|: llorrio del Venado.. y otras ran Cherías y ¡otras poblaciones don de quedaban, cada dí más, en fermos y desertores, y aquella masa de hombres que pudo ser el dique que contuviera lla ma rejada invasora, y aun quizás, ¿por qué no? el arrecife donde se estrelara, rompiéndose en las espumas de una derrota, la soberbia del enimigo, se des. —35 años de experiencia PRALL SERVICE Toda clase de reparaciones de Máquinas de Coser y” Vacuum Cleaners También partes para cual- quier marca. Todo trabajo garantizado 351 N. 4th Avenue: Tel. 46710 — Phoenix, Ariz. , concordia entre las naciones del mundo. Los tiempos son di fíciles y los acontecimientos graves y llenos de consecuen. tio, contemplándolos de nuevo, suspiró tan hondamente ¡tan- to! que al apagarse een aquel instante el ya consumido velón cias. En un espíritá de. profun. |pareció que era el suspiro el-q' da humildad, yo pido la Guía|lo había apagado, para hacer de la Divina Providencia.” más densa la obscuridad y más: —— tranquilo el dormir... | A a ción, reunióse tódo el ejército, La batalla parecía inminente. Corriéronse . Órdenes para una revista, y las tropas formaron, en un triste remedo de grande zas, una mañana luminosa, al sol esplendoroso que hacía más sórdidos los miserables unifor_ mes y más macilentos los ros- tros enflaquecidos. Entre el tro nar majestuoso de la artillería, los redobles de los tambores y el cantar de las trompeterías. uS excelencia, el general don Antonio López de Santa Ana, seguido de su estado mayor, deslumbrante, de oros y colores. pasó frente a sus tropas, y tras él, como escolta, el regimiento preferido entre todos: los cora. ceros de Guitián. s —¡Mire, tio Lupe!— dijo en voz baja al viejo zapador el ca bo de su escuadra—, ese sar. gento que viene ahí es Francis co Valdés, por el que tantas ve ces me ha preguntado. Y las miradas del tio Lupe, olvidado del general Santa Ana de su espléndido Estado Mayor sordo al estriuendo de la artille ría y el resonar de tambores y trompetas, se volvieron ansio_ sas y la siguieron hasta grabár sela: inexgrablemente enel re- cuerdo, la recia figura de un sargento que, sable al sol, desa fiante y soberbio, pasó frente a él, entre el polvo dorado que levantaba el galopear del regi, miento suntuoso. ¡Otra noche' más! Entre las penumbras del campamento, una figura avanza, “sombra en tre sombras”... se esconde.. se recata, como si quisiera fundir- se en la. negrura de la noche... Ahora rastrea... más lejos se levanta, y llega asi hasta un grupo de coraceros que (¡ellos Pueden hacerlo!) beben alegre. mente .envueltos en sus capas azules. Y se. detuvo, y siempre desde la sombra, inquirió con voz firme: —¿El Sargento Valdés?” —Yo Soy, ¿quien me habla? —Yo, contestó, siempre des- de la sombra, el viejo. Valdés se levantó, tamba - . leándose. —¿Quien eres tú, qué quie. res? a —Ven, ahora te diré. Y lo tomó. del brazo, apretán dolo «como una tenaza. El sargento, ebrio, se dejaba arrastrar. —¿Donde me llevas?... Apuí, dime, ¿qué quieres, quien eres? Soy, ¿no me conoces? ¡El tío Lupe! El borracho, en un traspies, cayó al suelo, murmurando: A A A O Tío Lupe lo contempló a sus pies, que esperaba, bajo su des tino. —¡Pobte "portacho! —dijo al fin— ¿que -éntederias ahora de lo que vengo a decirte?... Tee podría matar ahora, como a un perro, en “el suelo.. No te tapes la: cara... mírame siquiera... Te buscaré mañana, cuando. pue. das entenderme.,. Te buscaré y entonces... ¡Ahora "me das lás. ON -BOLERIA- Willie Crisp . — Todos Colores Es el Mejor Bolero en Phoenix 64 South Third St. Junto a “EL SOL” ' EL PASO BEAUTY SHOP Otreco ahora garantizados a la perfección los" famosos y modernos permanentes: "PIN CURL” Solamente Dol. 12.50 y Dol. 15.00 TRES OPERADORAS GRADUADAS: Helen Baray — Paulita Palomo — Estefanita Torres Permanentes de todos precios, desde: $3.50 hasta 97.50 CORTESIA, EFICIENCIA, TRABAJO GARANTIZADO 245 E. Washington Teléfono: 4-4893 * tima...! ¡Pobre borracho! Y se alejó como había vendo, entre las sombras, llevándose su dolor y su venganza, su ven ganza..aplazada por la piedad del "mómento. * . ron en húelga hace más de q semana. La huelga ha:cerrado los puer tos desde, Maine a Vir Ey ha causado profundos nos éh-la vida comercial Y dustrial deel este del país. Ike Williams > Noqueó en el 4o. Continuará _la semana entrante. La Huelga Portuaria en al Nixon FILADELFIA — Ike Willlamik campeón mundial de peso ligek ro, derrotó a Billy Nixon por : EE. UU., Persiste NUEVA YORK — Las perspec tivas de un rápido arreglo en la huelga..de la Costa Oriental se devanecieron. La continuación de la parali_ zante huega declarada por los trabajadores portuarios - de la K.O. en el cuarto asalto de una ! pelea no titular programada a ocho. El referí ¿riáley Draggert al zó la mano del -boxeador de Trenton, N. J.,, en señal de vic_ toria después de que Williams derribó a Nixon tres veces, dos en el tercer asalto y una en el - cuarto. La pelea fue presenciada por 4,400 espectadores que pagaron 7,985 dólares. Wililams donó su bolsa a la Asociación Cristiana de Jóvenes de Trenton. a AMAS DREAD RDA 600D YEAR SHOE SHOP Expertos en Reparación de Toda Clase de Calzado Federación Americana de Traba jo (AFL) hasta cuando menos la semana próxima, fué anti. cipada por William N. Margolis as de los mediadiores federales que fué enviado a esta ciudad en un esfuerzo de romper el estancamiento existente entre trabajadores y patrones a propó sito de- un nuevo contrato. Margolis hizo sus comenta. rios después de conferenciar con Joseph P. Ryan, presidente del a Asociación Internacional de Estibadores de la AFL, cu- yos 65,000 miembros se declara DIENTES POSTIZOS || Operarios Competentes e e 15 S. 1st Avenue $2.50 por placa A :11 W. 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