El Sol Newspaper, March 28, 1958, Page 3

Viernes 28 de Marzo de 1958. “EL SOL”, SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE PAGINA TRES Los Anunciantes que Patrocinan ésta Página, y con los que damos Principio a un Directorio de Comerciantes, Profesionistas y Hombres de Negocios, son Honorables y Dignos de todo el apoyo del Público en General. Nosotros les recomendamos que vean éste Directorio cuan- do necesiten de servirse de alguno de éstos negocios y personas, y estamos seguros que serán tratados con la Atención que se merecen. John Thorburn, el Hombre «.« SABER ESPERAR .. mas Rico en Todo el Mundo Increíble aventura. — Un solitario en el Africa del Sur. — Pedruzcos diamantinos. — Multimillonario, aislado y oculto en su palacio. Por CARLOS FRANCO SODJA Existen en el mundo espíritus predestinados a la aven- tura, seres a quienes la mano caprichosa del destino tiene señalados para que amasen millones, colocándolos de la no- che a la mañana, ante un tesoro de fábula y proporciones increíbles, ¡John Thorburn Williamson er auno de esos! Nadie, ni él mismo sabía de dónde había heredado su a- fán de aventura, pero sus ojos y su alma se abrían al con- templar los grandes horizontes del mundo. John había naci- do en oMnfort,' pueblo cercano a Quebec, Canadá, a princi- pios del siglo en,curso, pero por sus venas corría sangre de esos filibusteros españoles y de los Vikings que pisaron antes que nadie las tierras de este nuevo mundo. ¿ Por indicaciones de su padre, que era un mediano co- merciante en maderas, estudió leyes, pero antes de terminar la carrera decidió abandonar los estudios para dedicarse por entero al estudio de la mineralogía y la geología. Fué tam- bién tanta la pasión con la cual se dedicó a este difícil. estu- dio, que sus propios moestros le ofrecieron un puesto de ayu- dante auxiliar en la misma universidad; trabajó unos meses, hasta que llegó a sus oídos que un profesor de su misma es- cuela, iba a emprender un viaje de estudio al Africa del Sur. ¡EL AFRICA DEL SUR... EL CONGO BELGA...! Esos eran los sueños que toda su niñéz y juventud había tenido John Thorburn Williamson. Así es que de inmediato se puso al habla con el profesor, que iba a ponerse al frente de una mina de oro y lo convenció de que lo llevara como su ayudante. La paga era lo de menos. John sabía que Africa del Sur y el Congo Belga eran los principales centros abastecedores de diamantes del mundo, pero que estos carbones se enviaban casi en su totalidad a las industrias de todo el universo, porque 'su pureza no era aceptable para engarzarse en joyas y finas montaduras. Su uso era más bien industrial que decorativo; con excepción del famoso diamante Cullinan, gigantesca piedra de 3,06 kila- tes (un kilate equivale a doscientos miligramos) que le fue obsequiada al rey de Inglaterra, porque no hubo quien: la comprara, Africa del Sur, con sus minas en explotación, no había producido piedras de valor. ¡Y sin embargo, las había....! UB EL INFORTUNADO HOMBRE BLANCO A Durante un corto tiempo el que John consideró indispen- sable para recompensar al profesor por sus molestias, traba- jó en las minas de oro, que aún no producían lo que se había esperado. Dejó el empleo y se marchó a estudiar el terreno, esas vastas latitudes que él había estado observando y en las cuales, a juzgar por su conformación geológica ocultaban PS RRA MECHANICAL APPLIANCE AND REFRIGERATION 2014 E. HENSHAW RD. Phoenix, Ariz. TEL. AL 3-0865 LO MEJOR EN REFRIGERACION. ¿rre III EL PASO BUFFET WASHINGTON ST. TEL. AL 8-2152 (ESQUINA CON CALLE 3) — PHOENIX, ARIZ. LICORES DE BUENA CALIDAD — ATENCION Y CORTESIA + JOHNNY BOY USED CARS ¿ 1420 WEST VAN BUREN. SE HABLA ESPAÑOL OS AS LOS MEJORES CARROS USADOS. NADA AL CONTADO CON CREDITO APROBADO. pto noz oo eze jee qn oo zo zoo zone odon ge zo PORRA $ 750 S. E. GRAND AVE. — Glendale Ariz. — TÉL. YE 7-2796 Con Ahorro de Dinero Compre un Buen Carro a su Gusto. AS ¿ Hay Muchos Carros en “SANDS”. 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Comía de vez en cuando, dormía bajo su tienda de campaña o sobre el destar- talado automóvil, varias veces estuvo enfermo de malaria y otras de disentería. Los indígenas le miraban asombrados, incrédulos de tan- ta resistencia y de tan vehemente deseo de encontrar el ya- cimiento diamantífero soñado. Muchas semanas estuvo en- fermo, casi agonizante, solo y abatido por las enfermedades tropicales, muerto de sed y de hambre, pero poco a poco re- vivía, se reanimaba y volvía a lanzarse a la aventura. Parecía un loco escarbando con su azadón en todas par- tes. Así transcurrieron cinco años.... Los indígenas le llamaron en su lengua “El Hombre Blanco Desafortunado”, porque le veían con sus andrajos arrastrarse por los caminos y la selva. Solitario, como un mo- derno judío errante, a veces hasta risible para algunos de sus compatriotas o también en hombres blancos, que lo creían ya un desequilibrado, un poseído. Pero John Thorburn Williamson no desmayaba. Caía enfermo y volvía a levantarse, se enfermaba y otra vez vol- vía a la carga. A veces podía comprar algunos alimentos con los pequeños diamantes que encontraba, pero eso no era su- ficiente. y Así llegó a contraer deudas, pidió prestado, suplicó y se humilló para continuar aquella que era ya la única razón de su vida, la obsesión, su locura. Cargado de deudas, pero con su mente febril trabajando con afán, recorrió nuevas aldeas, miró por todos los terrenos y rascó en los sitos más difíciles; pronto no hubo quien le fiara, ni quien confiara en su em- presa. Apenas un comerciante indio, condolido de la situa- ción del hombre y tal vez para recompensar ese tesón en búsqueda tan inútil, le estuvo proporcionando ropa y alimen- tos sin intenciones de llegarlas a cobrar algún día. La suerte puso en su camino a dos seres más: un em- pleado del banco sudafricano que le prestó unas libras ester- linas que eran todos sus ahorros y un buscador de oro que le proporcionó unas pepitas del metal aurífero, que era pro- ducto de su búsqueda intensiva de muchos años. ¡La confianza de esos hombres, prestó nuevos bríos al muchacho y volvió a lanzarse por dos caminos y desiertos, por las montañas, selvas y cañadas....! Los indígenas volvieron 'a ver delirante y sucio al infor- tunado hombre blanco. Pero el geólogo persistió, no se do- meñó por sus fracasos, y continuó a bordo de su carcacha cargada de pedruzcos y latas vacías, buscando esos diaman- tes que lo obsesionaban. ¡Y un día los encontró....! Había excavado desesperadamente en el sitio donde cre- yó había diamantes, por varios días se entregó a la empresa, pero después de tan agobiante faena, se dio por vencido y se retiró. No desmayaba, —dice—, pensaba continuar buscando, cuando un fortísimo aguacero lo hizo detenerse y guarecerse bajo su carcacha, Estaba allí pensativo, haciendo nuevos pla- nes, cuando aparecieron las piernas de un indígena y éste ne- gro, un tanto indeciso, se inclinó hasta él y alargándole una piedra grande y dura, blanca y lisa y preguntó: —Wana, ¿es esto lo que buscas....? —Sí, esto es, ¿en dónde lo hallaste? —¡Allí, en el lugar que rascaste últimamente....! John Thorburn Williamson salió del poca y corrió hasta el sitio en que había rascado tanto tiempo. La lluvia había lavado la tierra y había entre el lodo y las piedras, cientos y cientos de diamantes. ¡Williamson había descubierto el yacimiento más rico de la región de Tanganyca y de todo el mundo! 1 Corrió a denunciar el terreno y obtener los derechos de explotación, pero se encontró con que el lugar ya estaba de- nunciado por un italiano, que precisamente esa mañana ha- bía solicitado los derechos. Pero John Thorburn ya estaba predestinado, a ser un hombre rico y cuando se alejaba de la oficina gubernamen- tal, se recibía la orden de aprehender a todo extranjero, por- que Italia había declarado la guerra a Inglaterra. Preso el italiano y otros extranjeros más, se le concedió el permiso a John. El muchacho canadiense inició la explotación de su mi- na, valiéndose de medios rudimentarios; contrató a varios indígenas y mandó imprimir una emisión de acciones para su empresa fabulosa. Tan pronto se supo que la mina de Shinyanga era la más rica de toda Africa del Sur, el trust mundial de los dia- mantes, le ofreció a Williamson la fabulosa fortuna de CIN- CO MILLONES DE LIBRAS ESTERLINAS, por los dere- chos de explotación. Pero John los rechazó. Nombró socios a quienes le ha- bían ayudado, a quienes habían confiado en él, al minero, al comerciante indio, al empleado bancario, a todos los recom- pensó con largueza y les regaló unas acciones de la mina. A su hermano, un soldado que combatía en esos días, también (Pasa a la página 4) Por ROSARIO SANSORES Alguien comentaba en mi pre- sencia, ayer, la necesidad de te- ner enemigos. Y expuso el caso de un alto político que se va- nagloriaba de ello, como podía haberlo hecho de sus riquezas. ¿Existe en el mundo «alguien que carezca de enemigos? Se- guramente no. A mayor elevada posición, a mayor encumbra- miento, mayores son las envi- dias, mayores las malas volun- tades. Cuanto mayor es el triun- fo, mayor también el odio que despierta. La impotencia es como las ser- pintes que se arrastran. Y co- mo las serpientes, lanza su ve- neno mortal. Un sabio afirmó que el valor de cada persona puede medirse por la cantidad de enemigos que posea. No siempre estos enemi- gos tienen razón. Jesús de Ga- lilea los tuvo en mayor cantidad que nadie, y su único delito fue predicar el amor al prójimo. Y él mismo dió el jemplo. Si hablaba de pobreza, no era posible que se presentara delan- te de sus oyentes vestido con lujo. Vestía con humildad y su ropa era sencilla como corres- pondía a su misión. Si hubiera permitido inmoralidades, si hu- biera permitido que siguierañ profanando la casa de su padre los mercaderes a los que arrojó del templo, seguramente nadie le hubiera perseguido. Lo hu- bieran tomado por un loco ino- fensivo. Pero él rompió esa ar- monoía que reinaba entre el vi- cio y los habitantes de Judea. El enemigo cobra siempre su casa para ver pasar el cadáver. El que tiene la paciencia necesa- ria tarde o temprano ve reali- zado su deseo. Hay enemigos gratuitos. Y e- nemigos que con razón justifican rencor a quienes les ha causado algún daño. Existe una justicia que cobra sus deudas tarde o temprano pe- ro que jamás falla. Y es a ella a la que debemos encomendar el castigo de aquellos que se gozaron un día en herirnos, las- timarnos o calumniarnos. Sin embago, hay un error en esa sen- tencia de que el mérito de una persona se juzga por la canti- dad de enemigos que tiene. A veces. estos enemigos lo son por- que recibieron injurias, amena- zas e injusticias. Los dictadores de la América han recogido una buena cosecha de odio porque fue lo que ellos sembraron. Persiguieron, encar- celaron, mataron sin compasión a todo el que se opuso a sus crí- menes. Y un día vieron derrum- barse su poder. Y se quedaron solos porque las muchedumbres siguen al victorioso únicamente. Al' caído todos le vuelven la es- palda. El talento tiene enemigos que envidian la gloria ajena. Y vi- ven tratando de opacar el mé- rito de quien lo tiene. Esta en- vidia sin embargo, forma el pe- destal de aquél al que se tra- ta de derribar. Y la historia del mundo está llena de ejemplos semejantes. Son dos clases de enemigos. NOTICIAS DE TODO EL MUNDO TRAS DE 46 AÑOS, SE VOLVIERON A CASAR CHAPEL EN LE FIRTH, Ingla- terra.—Walter y Carolina Harv- ey volvieron a contraer matri- monio hoy, cuarenta y seis años después de su primera boda. “Nuestros cuatro hijos, ahora ya Casados, están encantados”, dijo Carolina que tiene 66 años de edad. Ella y Walter de 65, se divorciaron hace tres años y “apenas fecientemente volvieron a verse. “Decidimos zanjear nuestras diferencias y reunirnos”, explicó la señora. GUERRILLEROS ROJOS BOMBARDEADOS OPOH, Federación Malaya. — Están realizándose bombardeos de día y de noche contra los escondites de los guerrilleros co- munistas en el Estado de Perak, con objeto de quebrantar la mo- ral de los rojos. Así lo anuncia (Pasa a la página 4) Ri do toreo eden ooo $ “ORVILLE K. FLETCHER REALTY" E 2204 E. VAN BUREN PHOENIX, ARIZONA TELEFONO: AL 4-7414 VENDEMOS PROPIEDADES. 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