El Sol Newspaper, August 15, 1952, Page 2

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y] SPANISH PAN-AMERICAN WEEKLY NEWSPAPER Published every Friday by J. C. Franco Entered as second class matter March 20, 1940 at the Post Office. at Phoenix, Arizona under the Act of March 3, 1879. No nos hacemos responsables de las ideas entendidas por nues- tros colaboradores. Para precio de amuncio diríjanse a las oficinas situadas en 62 So. 3rd, St. Teléfono 3-4948. * Toda subscripción debe pagarse adelantada, y cuando el subs- criptor desee que se cambie el envio del periódico Fotra dirección, deberá notificarlo y acompañar la suma de diez centavos. SUBSCRIPTION RATES Per Year $3.00 Six Months $2.00 AM out-of-town subscriptions must be paid in advence for at least a period of six months. AM payments must be maás to the Editor Post Address P. O. Box 1448 Phoenix, Arizona. —= ———_— “LA RAZON DE MI VIDA” (Por EVA PERON PROLOGO Este libro ha brotado de lo níás íntimo de mi corazón. - Por más que, a través de sus páginas h a blo de mis senti- mientos, de mis pensamientos y de mi propia vida, ea todo lo que es escrito, el menos advertido de mis lectores no en- contrará otra cosa que la figura, el alma y la vida del Ge- neral Perón y mi entrañable amor por su persona y por su causa. Muchos me reprocharán q' haya escrito todo esto pen- sando solamente en él; yo me adelanto a confesar que es cierto, totalmente cierto. Y yo tengo mis razones, mis poderosas razones que ná- die podrá discutir ni poner en duda: yo no era ni soy nada más que una humilde mujer..... un gorrión en una inmensa bandada de gorriones. y él era y es el cóador gigante q' vuela alto y seguro entre lás cumbres y cerca de Dios. Si no fuese por él que descendió hasta mí y me enseñó a volar de otra manera, yo no hubiese sabido nunca lo que es un cóndor ni hubiese podido contemplar jamás la mara- villosa y magnífica inmensidad de mi pueblo. Por eso ni mi vida ni m:icorazón me pertenecen y nada de todo lo que soy o tengo es mío. Todo lo que soy, todo lo que tengo, todo lo que pienso y todo lo que siento es de Pe- rón. Pero yo no me olvido ni me olvidaré nunca de que fuí gorrión ni de que sigo siéndolo. Si vuelo más alto es por él. Si ando entre las cumbres, es por él. Si a veces toco casi el cielo con mis alas, es por él. Si veo claramente lo que es mi pueblo y lo quiero y siento su cariño acariciando mi nom- bre, es solamente por él, Por eso le dedico a él, integramente, este canto que, co mo el de los gorriones, no tienen ninguna belleza, pero es huntilde y sincero, y tiene todo el amor de mi corazón, + PRIMERA PARTE LAS CAUSAS DE MI MISION I — UN CASO DE AZAR Mucha gente no se puede explicar el caso que me toca vivir. Yo misma, muchas veces, me he quedado pensando en todo esto que es ahora mi vida. Algunos de mis contemporáneos lo atribuyen todo al ¡esa cosa rara e inexplicable que no explica tampo- co nada! Claro que todo esto sería absurdo como es el azar si fuese cierto lo que mis supercríticos. afirman cuando dicen que de buenas a primeras yo, “una mujer superficial, esca- sa de preparación, vulgar, ajena a los intereses de mi Pa- tria, extraña a los dolores de mi pueblo, indiferente a la jus ticia social y sin nada serio en la cabeza, me hice de pronto fanática en la lucha por la causa del pueblo y que haciendo mía esa causa me decidí a vivir una vida de incomprensible sacrificio”. pe Yo misma quiero explicarme aquí. Para eso he decidido escribir estos apuntes. Confieso que no lo haga para contradecir o refutar a nadie. ¡Quiero más bien que los hombres y mujeres de mi pue blo sepan cómo siento y cómo pienso.....! Quiero que sientan conmigo las cosas grandes que mi corazón experimenta. - Seguramente, muchas de las cosas que diré son ense- ñanzas que yo recibí gratuitamente de Perón y que no ten- go tampoco derecho a guardar como un secreto. Il — UN GRAN SENTIMIENTO He tenido que remontarme hacia atrás en el curso de mi vida para hallar la primera : razón de todo lo que ahora me está ocurriendo. Tal vez haya dicho mal diciendo “la primera razón”; porque la verdad es que simpre he actuado en mi vida más bien impulsada y guiada por mis sentimientos. Hoy mismo, en este torrente de cosas que de) raali- zar, me dejo conducir muchas veces, casi siempre, más por lo que siento que por otros motivos. En mí, la razón tiene que explicar, a menudo, lo que siento; y por eso, para explicar mi vida de hoy, es decir lo que ahora hago, de acuerdo con lo que mi alnta siente, tuve que ir a buscar, en mis primeros años, los primeros senti- mientos que hacen razonable, o por lo menos explicable, to- do lo: que es para mis supercríticos un “incomprensible sa- erificio” que para mí, ni es sacrificio, ni ez incomorensible. He hallado en mi corazón, un sentimiento fundamental que domina desde allí, en forma total, mi espíritu y mi vida: ese sentimiento es mi indignación frente a la injusticia. Desde que yo me acuerdo cada injusticia me hace do- ler el alma como si me clavase algo en ella. De cada edad guardo el recuerdo de alguna injusticia ¿que me súblevó des- garrándome íntimamente. Recuerdo muy bien que estuvo muchos días triste cuan do me enteré que en el mundo había pobres y había ricos; y lo extraño es que no me doliese tanto la-existencia de los pobres como el saber que al mismo tiempo había ricos. 111 LA CAUSA DEL “SACRIFICIO INCOMPRENSIBLE” El tema de los ricos y de los pobres fué, desde entonces, el tema de mis soledades. Creo que nunca lo comenté con o- tras personas, ni siquiera con mi madre, pero pensaba en el frecuentemente. Me faltaba sin embargo, todavía, dar un paso más en el camino de mis descubrimientos. Yo sabía que había pobres y que había ricos; y sabía q' los pobres eran más que los ricos y estaban en todas partes. Me faltaba conocer todavía la tercera dimensión de la injusticia. Hasta los once años creí que había pobre como había pasto y que había ricos como había árboles. Un día oí por primera vez de labios de ua hombre de trabajo que había pobres porque los ricos era1 de.masiado ricos; y aquella revelación me produjo una impresión muy fuerte. Relacioné aquella opinión con todas las cosas que ha- bía pensado sobre el tema.....y casi de golpe me di cuenta q' aquel hombre tenía razón. Más que crearlo por ua razona- miento, “sentí” que era verdad. Por otra parte, ya en aquellos tiempos creía más en lo que decían los pobres que los ricos porque me parecían más sinceros, más francos y también más buenos. Con aquel úl- timio paso había llegado a conocer la tercera dimensión de la injusticia social. Esteyúltimo paso del descubrimieato de la vida y del roblema social lo da indudablemente mucha gente. La ma- yoría de los hombres y mujeres saben que hay pobres por-. que hay ricos pero lo aprende insensiblemente y tal vez por “| aso les parece natural y lógico. Yo reconozco que lo supe casi de golpe y que lo supe sufriendo y declaro que nunca me pareció ni lógico ni na- tural. Sentí, ya entonces, en lo íntimo de mi corazón algo que a- hora reconozco como sentimiento de indignación. No com: ¿reudía que habiendo pobres hubiese ricas y que el afán de í%stos por la riqueza fuese la cauza de la pobreza de tanta zente. Nunca pude pensar, desde eato1223, er esa ¡ajusticia zin indignarme, y pgnsar en ella me produjo siempre una “ara sensación de asfixia, como si no pudiendo remediar el mal que yo veía, me faltase el aire necesario para respirar. Ahora pienso que la gente se acostumbra a la injusti- cia social en los primeros años de la Vida. Hasta los pobres creen que la miseria que padecen es natural y lógica. Se a- costumbran a verla o a sufrirla como es posible acostum- brarse a un veneno poderoso. Yo no pude acostumbrarme al veneno y nunca, desde los once años, me pareció natural y lózica la injustiica so- cial. Esto es tal vez lo único inexplicable de mi vida; lo úni- co que ciertamente aparece en mí sin causa alguna. Creo que así como algunas personas tienen especial dis posición del espíritu para sentir la belleza como no la siea- ten todos, más intensamente que los demás, y son por eso poetas o pintores o músicos, yo tengo, y ha nacido conmi- go, una particular disposición del espíritu que m2 hace sen- tir la injusticia de manera especial, con uaa rara y daloro- sa intensidad. ¿Puede un pintor decir por qué él ve y siente los colo- res? ¿Puede un poeta explicar por qué es poeta? Tal vez por eso yo no pueda decir jamás por qué “sien- to” la injusticia con dolor y por qué no terminé nunca de a- ceptarla como cosa natural, como lo acepta la mayoría de los hombres. Pero, aunque no pueda explicarse a sí mismo, lo cierto es que mi sentimiento de indignación por la injusticia social es la fuerza que me ha llevado de la mano, desde mis pri- meros recuerdos, hasta aquí.....y que ésa es la causa última que explica cómo una mujer que apareció alguna vez a la mirada de algunos como “superficial, vulgar e indiferente”, puede decidirse a realizar una vida de “incomprensible sa- crificio”. "REGISTRE HOY SU CANDIDATURA PARA REINA DE LAS FIESTAS PATRIAS — LO PUEDE HACER EN LAS OFICINAS DE “EL SOL”, SITUADAS EN 62 AL SUR DE LA CALLE TERCERA, (ENTRE WASH- INGTON Y JEFFERSON), TELEFONO: 3-4948., JEWELERS SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE Rutas de Emoción SEIS MUCHACHAS Esperaba un auto que me lle- vara al centro, cuando pasó en su automóvil una muchacha q' se me quedó mirando y me dijo sonriendo: —Sube y te llevaré. El cielo iba poniéndose del co- lor de la pizarra y soplaba ráfa- gas amenazadoras de lluvias, A- cepté, pues, la mable invitación y mientras ella llevaba el volan- te con verdadera pericia, charló conmigo: —¿No me recuerdas? Soy fu- lana. Estuviste en mi casa una vez y conservo la crónica q” me escribiste entonces. —Soy huérfana, pero tengo me dios de vida y para no aburrir- me, trabajo. Somos seis mucha- chas, las que nos reunimos a día rio. Las seis hemos encontrado algo útil qué realizar. Yo estu- dié decoración. Y soy la autora del decorado de un salón de be- lleza en el que trabaja mi ami- ga X. Gana bastante y ella está encantada. Otras, abrieron una tienda de vestidos femeninos e: el que se venden atmbién bo! sas, perfumes, guantes y acceso rios para la toilette. Yo, las a- mino, mi mayor placer es meter me en mi auto y correr por e! bosque de Chapultepec o por al guna de las carreteras... He idc y venido de Laredo sola, en estc auto y todos los años cambio e” que etngo, antes de que empiecc a gastarse. Así tengo siempre uny| auto del último modelo y nunce pierdo dinero, porque lo vendo casi nuevecito. La casa que vivo, es mía. Y tres amigas me hacen compañía. Comemos en la calle casi siempre y por la noche al- guna vez vamos al cine o al tea- tro. —¿Y no tienes novio?, le pre gunté. —SÍ, pero no pienso casarm: con él. Lo tengo para poder dis frutar de la compañía de un ho:. bre con el cual puedo charlar ; pasar un rato agradable. Creo q Tara una mujer independiente, como yo, acostumbrada a ganar su dinero y a gasatrlo a su an- tojo, le sería imposible yupedi- tarse a la voluntad de un mari- do. Si fuera celoso, por ejemplo me obligaría a quedarme en mi casa y yo no puedo areptarlo, porque la libertad es el supremo bien y no estaría dispuesta a perderlo por nadie.... a menos q me enamorara al extremo de sa crificárselo todo. —Y a ratos, ¿no quisieras que: 2s0 sucediera ? Me miró con ojos pensativos ; 3uspiró: —Francamente, cada dia er cuentro que hay menos hombre en el mundo. Resulta un verda dero problema encontrar un me rido tal y como me convendría Un marido que me supiera con quistar con tal maña, que no mc diera cuenta y lograra envolver me en mallas de seda. Además tendría que tener dinero, para q yo no tuviera que trabajar. Sacudió sus hombros y añadió: —¿A qué hablar de estas co sas? Te repito que me siento muy bien así y al igual que yo mis amigos encuentran que su vida está llena con el trabajo y no les alcanza el tiempo para perderlo en tonterías. Comprendí entonces q' la mu- jer que ha logrado desenvolver se y abrirse el camino con sus propias manos, realizza el an helo supremo de la mayoría. Nc tener que venderse a un hombr- sólo para que la mantenga. Nc tener que soportar a veces hum: laciones cobardes, obligada por la necesidad que orilla a tantas ignorante a plegarse el capricho de un marido arbitrario y déspo- ta, porque no saben hacer nada absolutamente y se morirían de hambre, solas. O rodarían al a- bismo del vicio. La mujer moderna ha sabido * Pasa a la página 5. e cr Para Oír Mejor prueben el peque fio aparatito: MICROTONE A Ayuda a Oír No tiene Botón en el Oído ARIZ. HEARING AID CO. 39 al Oeste de la Adams DR. PEASE DENTISTA Extracciones Sin Dolor Con ó Sin Gas 245 Fox Theatre Bldg. Teléfono: 4-3943 Se Habla Español PLACAS TRANSPARENTES compaño y también consumo un turno en la tienda, Y cuando te Viernes 15 de Agosto de 1952. IOSAEZEARSSARAS ZAS ED Subscríbase al Periódico “EL SOL”, Semanario Popular Independiente Dr. A. 6. del Valle y Lugo Está a las órdenes de su numerosa clientela en el edificio "FOX THEATRE BUILDING”, 2do. Piso, No. 248 Teléfono: 4-4612 Phoenix, Arizona LEELA SUERTE Y DA CONSEJO Dice el Pasado y el Presente -— Nombres Futuros e Iniciáles. — Asuntos de Negocios — Asuntos de A- mor — Herenicas — Todas las cosas que se relacionen con el bienestar. HORAS DE CONSULTA: 2 á 8 F. m. todos los días 2154 Grand Ave. -- Phoenix, Ariz. C. WILLARD Y PAUL KRUGER Toda la gente mexicana lo conoce Muy Bien Traigan sus Familias, C. WILLARD orren el lugar que está en 230 ai Oeste de la Calle Jeti. MORTENSEN - KINGSLEY A AGENCIA DE FUNERALES PREFE RIDA DE LOs MEXICANOS Se atiende con respectuosa actividad. ¡uléfono: 4 3119 020 West Wáshington St, Orquesta de “SAMMY COSTALES” Club situado en esquina de Jefferson y Calle Tercera ABIERTO TODAS LAS NOCHES E) Cabaret Más Céntrico para la Colo; na Mexicana COPACABANA Cardeada Todos los Sábados y Domingos desde las 2 P. M: BASO GRANDE DE CERVEZA 10c APRENDA A BAILAR EN EL ESTUDIO DE BAILE ROSITAS 615 al Norte de la Caile Tercera BAILES ORIENTALES... España Cañi, Seguidillas, Mala. gueñas, Pasos Dobles. RUMBAS, ZAMBAS TAP DANCE APRENDA A BAILAR: Bailes Mexicanos, Jarabe, Cilipene. cas, Espuelas, Carrerías y Jaranas... — Jotas, Alegría, BAILE DE SALON... Bailes Españoles: Para la Mujer, nada más hermoso y elegante que saber baílar.... Se perfecciona el cuerpo y se adquiere gracia y popularidad... Ejercicios para las personas gordas, se reduce en pocas lecciones ROSIT es Maestra Profesional... 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